Las claves que debes conocer sobre el síndrome del túnel carpiano: cómo detectarlo a tiempo y qué posibilidades tememos para tratarlo.

Fuente: EFE Salud

Las personas que pasan mucho tiempo frente al ordenador tienen todos los boletos para desarrollar el síndrome del túnel carpiano.

Afecta al 5 % de la población y comienza de manera gradual con sensaciones de dolor, calor, ardor, cosquilleo, calambre o entumecimiento en la palma de la mano y en los dedos, que se puede extender hasta el hombro. Es una afección frecuente que, en muchos casos, y en el largo plazo, llega a incapacitar a los pacientes en sus quehaceres diarios.

Se presenta cuando uno de los nervios principales de la mano, el nervio mediano, se pinza o comprime a su paso por la muñeca.

“Se caracteriza por parestesias, hormigueo sobre todo en los tres primeros dedos de la mano (pulgar, índice y dedo medio), que empeoran durante la noche, aparte de que se registran molestias en el antebrazo, incluso dolor nocturno, o ya en fases avanzadas el paciente presenta pérdida de fuerza y de destreza manual”, explica el doctor Vicente Carratalá, jefe de la Unidad de Mano y Miembro Superior del Hospital Quirónsalud Valencia.

En concreto, el túnel carpiano es un conducto estrecho en la muñeca, de unos 2,5 centímetros de ancho. “El piso y las paredes del túnel están formados por pequeños huesos llamados ‘huesos carpianos’. El techo del túnel es una banda resistente de tejido conectivo llamado ‘ligamento transverso del carpo’”, detalla por su parte la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS por sus siglas en inglés).

El nervio mediano es uno de los nervios principales de la mano, y su origen se sitúa en el cuello. Se extiende por el brazo y el antebrazo, y pasa a través del túnel carpiano en la muñeca hasta la mano. Su función es proporcionar sensibilidad a los dedos pulgar, índice, medio y anular; aparte de controlar los músculos alrededor de la base del pulgar, agrega la sociedad científica norteamericana.

El especialista de Quirónsalud señala además que esta patología tiene lugar por una compresión del nervio mediano, aquel que entra en la mano a la altura de la muñeca, junto con los tendones flexores, nueve tendones que flexionan los dedos: “Estos aumentan de volumen por tendinitis o por alguna causa del ligamento que los cubre, de forma que el nervio tiene menos espacio y queda comprimido, siendo el momento en el que aparecen los síntomas”.

Una afección que empeora con el tiempo

El traumatólogo advierte de que en gran parte de estos pacientes el síndrome del túnel carpiano empeora con el paso del tiempo, por lo que un diagnóstico y tratamiento precoces son fundamentales a la hora de evitar la progresión de la patología.

“En la mayor parte de los casos los síntomas comienzan gradualmente, sin lesión específica. Al principio los síntomas aparecen y desaparecen. Sin embargo, a medida que empeora la afección, estos pueden presentarse con más frecuencia o persistir durante largos periodos. En una etapa temprana los síntomas generalmente se pueden aliviar con medidas sencillas, como usar una férula o una muñequera, así como evitar determinadas actividades”, apostilla en este sentido la AAOS.

La cirugía suele estar recomendada, afirma esta sociedad científica, para liberar la presión del nervio mediano e impedir el daño permanente en el mismo.

Asimismo, el doctor Vicente Carratalá afirma que el procedimiento quirúrgico es idóneo cuando los procesos conservadores no funcionan, es decir, cuando no son suficientes ni la rehabilitación, ni las órtesis, por ejemplo.

“En estos casos se opta por un abordaje quirúrgico. Tradicionalmente se hacía por incisiones más grandes para liberar el nervio a nivel de la muñeca y de la entrada del nervio en la mano pero actualmente los avances técnicos han permitido una cirugía mínimamente invasiva, asistida con ecografía o con endoscopia, por la que se consigue un abordaje menos extenso, se dañan menos las partes blandas, hay menos dolor después de la cirugía. En definitiva, el paciente cuenta con una recuperación más amable y rápida y en 3-4 semanas puede recuperar la mayor parte de sus actividades del día a día”, asegura.

Tratamiento no quirúrgico

Eso sí, el doctor Vicente Carratalá, jefe de la Unidad de Mano y Miembro Superior del Hospital Quirónsalud Valencia, reconoce que si se diagnostica a tiempo la patología a menudo sus síntomas pueden aliviarse sin cirugía. Entre los diferentes tratamientos se pueden incluir:

  • Antiiflamatorios: el ibuprofeno o el naproxeno pueden aliviar el dolor y disminuir la inflamación.

  • Inyecciones de esteroides: el corticoesteroide es un potente antiinflamatorio que se puede inyectar directamente en el túnel carpiano, de forma que ayuda a aliviar los síntomas dolorosos pero con un efecto temporal generalmente.

  • Ejercicios de deslizamiento del nervio: ejercicios específicos explicados por un especialista y que ayudan al nervio mediano a moverse con más libertad dentro de los límites del túnel carpiano.

  • Colocación de órtesis o férulas: puede ser útil durante el día al realizar las actividades que suelen agravar los síntomas; en cambio, por la noche puede ser conveniente su empleo a la hora de evitar flexionar la muñeca; mantenerla en una posición recta o neutra alivia la presión sobre el nervio.

  • Cambios en la actividad: los síntomas suelen tener lugar porque la mano y la muñeca se encuentran en la misma posición durante mucho tiempo, generalmente si esta se encuentra extendida o flexionada; por ello, si determinadas actividades agravan los síntomas modificarlas puede favorecer la evolución de la enfermedad.

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