El término «hepatitis» sigue impactando en nuestra sociedad. Todavía no se tiene una clara información al respecto. Es más, en muchas ocasiones puede estar distorsionada y alejada de la realidad.

En este post, que versa sobre las diferentes hepatitis, también se van a aclarar otros conceptos básicos e incidir en aquellos aspectos que pueden resultar útiles para evitar que caigamos en mentiras.

¿Qué es la hepatitis? ¿Qué tipos hay?

Es una enfermedad causada por un virus que, una vez se infecta la persona, provoca inflamación en el hígado. Esta inflamación puede llegar a desencadenar en cáncer de hígado, cirrosis y finalmente la muerte.

Actualmente se conocen cinco tipos diferentes que son A, B, C, D y E cuyos síntomas y vías de transmisión simplifican su diferenciación.

Por lo general, los síntomas comunes y poco específicos que la persona puede presentar son fiebre, náuseas y vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, inapetencia e ictericia (colo amarillento de la piel). Sin embargo, existen pequeñas diferencias.

El virus de la hepatitis A (VHA), los síntomas suelen presentarse entre la segunda y tercera semana tras contraer el virus, mientras que en el caso del virus de la hepatitis B (VHB), los síntomas suelen aparecer una semana antes y en algunas ocasiones, la persona puede ser asintomática.

Aproximadamente un 20% de las personas que contraen el virus de la hepatitis C (VHC) presentan los síntomas entre la segunda semana y hasta dos meses después de contraer la enfermedad, mientras que el 80% restante son asintomáticos. En el caso del virus de la hepatitis E (VHE), los síntomas aparecen entre la segunda y décima semana posterior a la infección por el virus.

Respecto a las vías de transmisión, podemos distinguirlas en función del tipo de hepatitis, que se puede ver a continuación:

Como se puede observar a partir de la tabla, los VHA y VHE tienen una transmisión vía fecal-oral. Es decir, que cuando una persona ingiere alimentos o agua contaminada por las heces de una persona infectada, esta finalmente se infecta. También puede darse cuando la persona que cocina no se lava las manos. En casos muy concretos podría transmitirse por contacto físico estrecho, aunque no es lo habitual. Por lo general, no requieren tratamiento para su recuperación.

Por el contrario, los casos provocados por el VHB, VHC y VHD, pueden tornarse crónicos y deteriorar el estado de salud de la persona. Este tipo de ficción se transmite a través de las relaciones sexuales sin anticonceptivos que protegen frente a infecciones de transmisión sexual (ITS) como los preservativos.

Además, el uso compartido de jeringas o cuchillas de afeitar pueden transmitir estos mismo tipos, por lo que siempre se incide en el uso individual. También se recomienda no reciclar dichas herramientas de higiene personal.

En zonas endémicas, el VHB es muy frecuente la transmisión de la madre al bebé durante el parto o en un entorno doméstico (modo horizontal), especialmente cuando la carga viral es elevada y no se adoptan medidas de prevención.

Adicionalmente, la OMS recomienda que todas las personas mayores de 40 años que hayan recibido una transfusión o cualquier persona que haya recibido una transfusión en países donde no se hacen exámenes de detección del virus de la hepatitis, se hagan una prueba que determine si son portadores de la hepatitis C. Esto se debe a que antes de la década de los noventa, las transfusiones no eran tamizadas.

Prevención y tratamiento: vacunas

Dependiendo del tipo de virus de hepatitis contraído, se puede prevenir e incluso curar. Por tanto, presta atención al siguiente apartado:

El VHA no tiene un tratamiento específico y tampoco se recomienda el uso de medicamentos antieméticos (para náuseas y vómitos) ni paracetamol. En lo único que se incide es en que se rehidrate a la persona infectada con suero de rehidratación oral especialmente cuando se produzcan vómitos y diarreas.

Para prevenir la propagación del virus será necesario una buena higiene, tanto de la persona como de los alimentos y del agua potable. Adicionalmente, también se recomienda la vacunación frente al VHA.

La forma de prevenir el VHB es mediante la vacunación, además de adoptar medidas sexuales seguras como el uso de preservativos y no compartir ni cuchillas ni jeringuillas.

¿Qué sucede con el tratamiento frente al VHB? No existe uno específico cuando se trata una infección aguda y tampoco se recomienda el uso de tratamientos antieméticos ni paracetamol. Aunque, cuando se cronifica se puede tratar con antivirales orales. De esta manera se retrasar la evolución de la cirrosis, se reduce la incidencia de cáncer de hígado y se mejora la supervivencia. Para ello deben continuar con el tratamiento de forma crónica ya que no curan la enfermedad. Además, se ha observado una relación entre las personas con VIH, ya que muchas también están coinfectadas por el VHB, por lo que el tratamiento suele ser combinado.

¿Qué sucede con el VHC? Todavía no hay una vacuna para prevenir la infección, pero sí existe un tratamiento eficaz que cura a la persona infectada. En caso de que la hepatitis C sea aguda, será el propio sistema inmunitario quien eliminará la infección, mientras que, si se cronifica, se deberá tratar con antivirales de acción directa (AAD) pangenotípicos cuya duración suele ser de 12 a 24 semanas en función del estado del hígado de la persona.

Para la infección por el VHD, es preciso que la persona se infecte simultáneamente por el VHB y el VHD (coinfección) o esté infectada previamente por el VHB. Esto se debe a que el VHD no se puede replicar sin la presencia del VHB. Por esta misma razón, para poder prevenir la VHD es importante vacunarse frente a la VHB.

Por último, la infección por el VHE, al igual que la producida por el VHA, puede prevenirse a través del consumo de agua potable y mantener una correcta higiene personal de manos para la persona que cocina y así evitar la toxiinfección de los alimentos. Sin embargo, no existe una vacuna y tampoco se recomienda el uso de tratamientos para su curación.

Hepatitis aguda grave en niños

Desde principios de abril de este año, se han notificado los primeros casos de hepatitis aguda grave en niños menores de  diez años. Sin embargo, a finales de junio de 2022, la OMS notificó que esta cifra ha incrementado hasta alcanzar 920 casos probables de hepatitis aguda grave en niños.

Por el momento, cuenta con casos en 33 países de las cinco regiones de la OMS cuya etiología todavía es desconocida. Además, se estima que los casos probables están por debajo del recuento habitual. Se calcula que aproximadamente 460 se ubican en Europa, seguido de 383 casos en América. Esto se debe al limitado número de esquemas de vigilancia.

Hasta que se recopile más información acerca de estos casos, se pueden seguir los siguientes #consejosMICOF:

  • Realiza una frecuente higiene de manos empleando agua y jabón. En el caso de que no se pueda recurre a gel hidroalcohólico.
  • Evita las aglomeraciones y mantén cierta distancia con los demás.
  • Puedes hacer uno de la mascarilla, procurando que está ajustada cubriendo boca y nariz.
  • Evita beber agua de fuentes dudosas.
  • Realiza acciones para evitar toxiinfecciones culinarias.
  • Higieniza las superficies que se tocan con mayor frecuencia como pasamanos, interruptores, etc.
  • Cubre nariz y boca al toser o estornudar.
  • Ventila las habitaciones en la medida de lo posible.
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