Los farmacéuticos se ven "atados de pies y manos" por el desabastecimiento, al verse obligados a devolver a los pacientes al médico para que reciban una solución alternativa.

Fuente: Levante EMV

Las farmacias aseguran que ya lo notan, que no es una cosa que pueda pasar en el futuro sino que ya lo están viendo: les faltan algunos medicamentos. Los problemas con las materias primas a causa de la guerra y las decisiones de las compañías farmacéuticas de priorizar otros mercados frente a España aparecen como dos de los comentarios constantes entre los farmacéuticos valencianos consultados por Levante-EMV. El Muy Ilustre Colegio de Farmacéuticos de València (MICOF) modera el tono y habla de 25 medicamentos que, efectivamente, son altamente difíciles de encontrar por causas diversas.

Algunos de los tratamientos que se observan con más preocupación son diversos ansiolíticos como el Rivotril, recetados a pacientes psiquiátricos, pero también el Ozempic Inyectable, para los diabéticos tipo 2, y medicamentos recetados a pacientes de varios cánceres, como el de mama, próstata y pulmón, como puede ser el Paclitaxel. La preocupación se extiende entre los farmacéuticos porque, al ir a pedir explicaciones, no hay claridad en las respuestas por parte de las casas, según el MICOF.

Por ahora hay alternativas suficientes

El vocal del MICOF Francisco Martínez indica a este diario que en estos momentos "hay alternativas" que hacen que la situación no sea crítica. "No podemos ser alarmistas, estamos hablando que no hay unos 25 principios activos que son de una determinada marca y que están en un determinado formato". Martínez expresa que las boticas tienen, por lo general, otras propuestas genéricas para centenares de otros medicamentos que faltan, pero que no son el único remedio en el mercado. "Pero esos 25 principios activos es cierto que están picando", considera. También recalca que la sensación de ausencia aumenta porque mucha gente está acostumbrada a un fármaco en concreto y "rechaza los genéricos", a pesar de ser lo mismo, según él. Sin embargo, en algunos casos, como el del Rivotril y el Depakine cuando se recetan a personas con epilepsia, "no tienen alternativa y se genera un problema médico gordo".

La situación es diferente a la de otras ocasiones, cuando se retira un lote por algún problema de producción pero a las dos semanas el problema está solventado. "Esto se ha enquistado, ya llevamos dos o tres meses", dice Martínez. Él lee el problema en dos vertientes que confluyen: el aumento de los costes de producción -los precios de la energía y el transporte, sobre todo-; y que la legislación española fija los precios. En ese contexto, a algunas compañías no les está saliendo rentable acudir al mercado español. "Sospechas que hay determinada gente que dice 'prefiero quedarme en casa que irme a producir'. Los medicamentos están a precio de 'paraeta'", dice. A todo eso hay que sumarle que Rusia era el segundo mayor exportador mundial de aluminio, que se encuentra en la mayoría de envases de fármacos, con el 9 % de cuota de exportación, solo por detrás de Canadá.

Mandar de vuelta al médico

"Estamos empezando a notar que faltan medicamentos realmente importantes. Nosotros no podemos dispensarlos, hay muchos medicamentos que no podemos dar otra marca", dice María Grosson, de la Farmacia Tres Cruces, en València. Grosson recalca que están "muy atados de pies y manos porque el médico prescribe una cosa y habría posibilidad de buscarles un símil o algo que pudieran tomarse pero hay que volver a remitirlos al médico". Este punto también lo destacan desde el MICOF como una de las cosas que más enredan la cuestión, y apuntan a que un cambio en la legislación para que los farmacéuticos pudieran tener la potestad para expedir otras opciones "aliviaría la presión".

Grosson explica que le han dicho que "hay cierta medicación que no hay fecha prevista de fabricación". "Muchas veces el marrón nos lo comemos nosotros", asegura, al tiempo que asevera que si la situación sigue así van a "colapsar" las farmacias.

También lidian con la alta demanda

"Trabajamos con cinco distribuidores, más o menos con el 80 % de ellos, y todos están en faltas", cuenta Javier Martí, farmacéutico titular de la botica que lleva su nombre en Paiporta. "Nos han dicho que hay problemas con las materias primas y cada semana van apareciendo medicamentos que echas en falta. Tenemos stock para un mes", afirma Martí.

Un problema particular es el que están notando con el Ozempic, pues este en concreto está teniendo una "alta demanda desde principios de año". La cuestión es que este fármaco, recetado siempre a diabéticos tipo 2 ha empezado a suministrarse también, con receta, a pacientes con sobrepeso, ya que también tiene la propiedad de que adelgaza. "Es un caso bastante llamativo", dice Martí, al que también le falta el analgésico Efferalgan, respecto al cual asegura que las empresas "prefieren vender a otros países de Europa sabiendo cómo están los precios del mercado, y que en España se venden más baratos".

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