La dismenorrea, comúnmente conocida como menstruación dolorosa, acompaña mes a mes a parte de la población femenina. Aunque surge la duda, ¿de qué se trata? Es el dolor asociado a la hemorragia menstrual siempre que no exista una patología orgánica pélvica. Esta asociación a la regla se debe a que tiene lugar previo o durante la misma.

Alrededor de un tercio de las mujeres sufren estos dolores y existe una relación entre un exceso de producción de prostaglandinas. Este descubrimiento facilita la comprensión del dolor asociado debido a que estas hormonas son las responsables de la producción de las contracciones de los músculos uterinos.

Por tanto, ¿a quién afecta con mayor probabilidad? Es cierto que puede afectar a todas las mujeres, sin embargo, existe más propensión en mujeres fumadoras, con sobrepeso, aquellas que consumen alcohol durante la menstruación o las mujeres que tuvieron la menarquia (primera menstruación antes de los 11 años). Asimismo, esta probabilidad disminuye a medida que la mujer crece o tras el embarazo.

Identifica los síntomas

El principal síntoma de la dismenorrea es el dolor en la pelvis o en el abdomen. Es de tipo calambre o cólico que puede irradiarse a la zona lumbar o a las piernas. Su duración es de aproximadamente 24 horas cuyo comienzo es desde 48 horas antes a la menstruación o durante esta.

Este dolor intenso puede ir acompañado de otros síntomas como:

  • Náuseas y vómitos (89%)
  • Fatiga (85%)
  • Diarrea (60%)
  • Cefalea (45%)

Además, de causa desconocida, también pueden producir dolor lumbar (parte baja de la espalda), mareos, dolor de piernas, ansiedad, irritabilidad, depresión e hinchazón.

Los signos de alarma y de particular importancia son un dolor de inicio repentino o que no remite, fiebre, flujo vaginal y evidencia de peritonitis ya que pueden ser indicio de un problema de salud mayor.

Tipos de dismenorrea

Una vez se identifican los síntomas y estos coinciden, resulta interesante diferenciar el tipo de dismenorrea. Existe dos tipos principales: primaria y secundaria.

La dismenorrea primaria, se caracteriza por un dolor agudo y progresivo en la zona baja del abdomen entre 48 y 24 horas antes del primer día del periodo. Por lo general, afecta a mujeres entre 17 y 25 años.

Los síntomas experimentados no están asociados a trastornos estructurales y se cree que pueden deberse a las contracciones uterinas y las isquemias. Los factores que contribuyen a que surjan son los altos niveles de prostaglandina F2-alfa en el flujo menstrual, orificio cervical estrecho, posición uterina anómala, poco ejercicio físico, ansiedad por la menstruación y pasaje del tejido menstrual a través del cuello uterino.

Por otro lado, la dismenorrea secundaria, se diferencia de esta primera en que el dolor resulta más pesado y continuo en comparación con la primaria y perdura durante todo el periodo. Suele aparecer a partir de los 30 años que han tenido hijo.

Adicionalmente, puede ser un síntoma de otra enfermedad ginecológica o afección. Esto incluye cualquier anormalidad o proceso que afecta a las vísceras pélvicas siendo las más frecuentes la endometriosis, la adenomiosis uterina y los miomas.

Mejorar la sintomatología

Resulta imprescindible descartar que se trata de una dismenorrea secundaria. Las medidas para mejorar la sintomatología de la dismenorrea son a base de mantener un descanso adecuado y asegurando un sueño regular. Esto conlleva evitar el consumo de productos estimulantes como el tabaco y las bebidas estimulantes con cafeína y el alcohol.

Adicionalmente, una dieta baja en grasas y el consumo de ciertos macro y micronutrientes como los ácidos grasos omega-3 (pescados), el magnesio (frutos secos), el zinc (moluscos y carne de vaca), la vitamina B1 (carne de cerdo) y E (aceites vegetales y frutos secos).

Seguidamente, se recomienda realizar ejercicio físico con frecuencia, lo que estimula la producción de neurotransmisores (dopamina y serotonina) que mejoran el ánimo y consecuentemente, reduce las molestias.

Además, como forma de aliviar el dolor, algunas mujeres aplican calor en la zona, se dan baños calientes o se dan masajes relajantes en la zona.

Tratamiento

El tratamiento para paliar el dolor persistente se basa en el tratamiento con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) cuya función es aliviar el dolor y efecto antiinflamatorio (inhibiendo las prostaglandinas). Siendo los AINE el primer escalón del tratamiento, se recomienda su administración entre las 24 y 48 horas y se puede prolongar hasta 1 o 2 días tras el inicio de la menstruación.

En algunos casos, cuando los AINE no son efectivos, se puede consultar con el médico prescriptor para iniciar un tratamiento con anticonceptivos orales con bajas dosis de estrógenos y progestágenos para suprimir la ovulación.

Seguidamente, hay otras terapias hormonales que favorecer los síntomas de dismenorrea como los progestágenos (levonorgestrel, etonogestrel, etc.), agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina o un DIU liberador de progesterona.

Cuando el dolor va asociado a náuseas o vómitos, también pueden administrarse antieméticos.

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