La resistencia a los antimicrobianos podría provocar hasta 10 millones de muertes cada año para 2050, una cifra similar a la tasa de mortalidad por cáncer en 2020.

Reducir la contaminación proveniente de los sectores farmacéutico, agrícola y de salud es esencial para reducir la aparición, transmisión y propagación de supermicrobios, unas cepas de bacterias que se han vuelto resistentes a todos los antibióticos conocidos, y demás casos de patógenos con resistencia a los antimicrobianos (conocida como RAM).

Este es el mensaje clave de un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre los aspectos ambientales de la resistencia a los antimicrobianos, que ya está afectando gravemente la salud de los seres humanos, los animales y las plantas, así como la economía.

El estudio se ha presentado en la Sexta Reunión del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos que tuvo lugar en Barbados esta semana. El trabajo hace un llamamiento hacia una respuesta multisectorial mediante el enfoque 'Una sola salud'.

"La crisis ambiental de nuestro tiempo también es una crisis de derechos humanos y geopolítica. El informe sobre la resistencia a los antimicrobianos publicado por el PNUMA es otro ejemplo de inequidad, en el sentido de que la crisis por dicha resistencia está afectando desproporcionadamente a los países del Sur Global", declaró la primera ministra Mia Amor Mottley, presidenta del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos.

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