Las estadísticas dicen que 1 de cada 10 medicamentos que se consumen en el mundo es falsificado, llegando a 7 de cada 10 en algunos países, y siendo el primer problema en el ámbito de la salud en África y Asia. Es además un negocio que mueve millones. Tan sólo en el año 2010 el mercado de medicamentos falsificados generó unos ingresos de unos 75 billones de dólares.

Internet también contribuye a la propagación de esta actividad ilícita y peligrosa, que produce millones de muertes anualmente, ya que se calcula que casi el 95% de las farmacias online ejercen su actividad de forma ilegal y que aproximadamente el 50% de los medicamentos vendidos por este medio son falsificados.

Europa trata de combatir este mal, y por ello las instituciones europeas van introduciendo progresivamente nuevas normativas, campañas y acciones en su lucha contra los medicamentos falsificados que hoy queremos reseñaros en este blog.

Un ejemplo claro de esto la iniciativa de la Comisión Europea  que introdujo desde el 1 de Julio del año 2015 mediante la Directiva 2011/62/UE (Directiva de medicamentos falsificados) un logotipo común para distinguir a las farmacias online que operan legalmente dentro de la UE, garantizando así la seguridad de los productos adquiridos a través de las mismas.

 

Por otra parte el pasado 1 de enero de 2016 entró en vigor la Convención Medicrime, puesta en marcha por el Consejo de Europa, y que tiene como objetivos combatir la falsificación de productos médicos y proteger la salud pública. Esta Convención es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante, convirtiendo en infracciones penales la falsificación, la fabricación y suministro de productos médicos comercializados sin autorización o sin ajustarse a las normas de seguridad. Prevé no sólo sanciones penales, sino también medidas de prevención y protección a las víctimas. Hasta ahora la Convención ha sido ratificada por cinco estados, entre ellos España, y firmada por más de 20.

Otro proyecto importante es la campaña “Fight the fakes”, que tiene como objetivo crear conciencia sobre los peligros de los medicamentos falsificados. La campaña da voz a los que han sido afectados personalmente y comparte las historias de las personas que trabajan para poner fin a esta amenaza para la salud pública. Cuenta con el apoyo de multitud de organismos del mundo farmacéutico y de la salud, tanto a nivel europeo como internacional.

Como último ejemplo de las medidas que se van introduciendo contra la falsificación de medicamentos podemos citar la Directiva 2001/83/EC (Directiva sobre medicamentos falsificados e identificador único), adoptada en 2011, y que entrará en vigor en 2019 y que se centra en los requisitos de seguimiento, protección y seguridad, incluyendo un identificador único y un precinto de seguridad en el empaquetado de los medicamentos. Todas las empresas farmacéuticas que operan en la UE tendrán que cumplir con estos requisitos de serialización y verificación.

A pesar de todas estas medidas, queda mucho trabajo por delante, no sólo a nivel legislativo sino también en lo referente a la realización de campañas de comunicación y concienciación entre la sociedad, para que todo ciudadano esté bien informado del alto riesgo que conlleva la compra y consumo de medicamentos fuera de los canales de compra oficiales y regulados, y es que según diversos estudios los consumidores españoles aparecen como los menos conscientes, dentro de la UE, de las actividades de falsificación de medicamentos, mientras que los franceses son los más informados de la cuestión y presentan una menor tendencia a adquirir medicamentos online; por su parte los alemanes, en el otro lado de la balanza, serían los más propensos a comprar medicamentos por internet.

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