El cáncer es una patología en la que las células del cuerpo se multiplican sin control, sin ningún tipo de estímulo y sin la muerte celular programada (apoptosis). De hecho, a medida que avanza la enfermedad, el sobrecrecimiento se extiende a células próximas y en caso de que no se aplique un tratamiento, se difunden a células de órganos lejanos.

Cambios en los tejidos que no son cancerosos

Las células forman tejidos. A medida que hay un crecimiento de las células que los componen, los tejidos pueden evolucionar sin llegar a ser cancerígenos. Aunque, esto debe vigilarse debido a que, si no se vigilan pueden llegar a convertirse en cáncer.

Cuando las células normales sufren un incremento más rápido de los habitual del número de células en el tejido del cuerpo, puede provocar que se acumulen. Esto deriva entonces en hiperplasia, un aumento del tejido sin producir cáncer. Un ejemplo de hiperplasia es una irritación crónica en una zona localizada. Cuando el crecimiento de la hiperplasia continua, se produce un acúmulo de células anormales que modifican la estructura del tejido. Esto se conoce como displasia. A partir de este punto, se considera que se debe realizar una vigilancia de la displasia ya que es probable que se convierta en cáncer. Tras la displasia, y una vez avanzado el crecimiento de las células en una zona localizada, se llama carcinoma in situ o también conocido como cáncer en estadio 0.

Tratamientos: a grandes rasgos

Todo depende del tipo de tumor, la fase en la que se encuentra el tumor y el estado de la persona. Existen dos vertientes que conviene diferenciar. La primera se trata de la curativa, es decir que el tratamiento tiene como objetivo eliminar las células tumorales. Mientras que la paliativa consiste en mejorar la calidad de vida de la persona para aumentar su supervivencia.

De forma general, la quimioterapia suele ser el tratamiento de elección y se combina con cirugía y radioterapia. ¿Qué es la quimioterapia? Es una modalidad terapéutica que sirve para tratar el cáncer. No se trata solamente de un solo fármaco, sino que hay una gran variedad de fármacos antineoplásicos o quimioterápicos útiles para la destrucción de las células que conforman los tumores. Por normal general, la quimioterapia combina de diferentes fármacos, pero esto dependerá de las circunstancias de la persona. ¿Siempre está indicada la quimioterapia? Se pueden clasificar según la sensibilidad del tumor pudiendo ser: quimiosensibles (respuesta en más del 50% de los casos), quimiocurables (los tumores que desaparecen) y quimiorresistentes (donde la quimioterapia no consigue una respuesta en la mitad de las personas).

A continuación, se clasifican las diferentes modalidades de quimioterapia:

  • Adyuvante. Se realiza después de la cirugía y es un tratamiento estándar para muchos tipos de tumores como el cáncer de mama o colon en estadios tempranos.
  • Neoadyuvante. Antes de la cirugía o radioterapia para evaluar la efectividad del tratamiento. Se suele utilizar cuando se trata de un cáncer de canal anal, vejiga, mama, esófago, laringe, pulmón no microcítico y sarcoma óseo.
  • De inducción o conversión. Antes del tratamiento local para reducir el tumor y mejorar el pronóstico de la cirugía.
  • Radioquimioterapia concomitante. Se aplica de forma a la vez con la radioterapia.
  • Paliativa. Cuando no se van a intervenir por cirugía y existe metástasis a distancia.

¿Cómo recibo el tratamiento?

Todo depende del tratamiento que esté prescrito. ¿Esto que quiere decir? En la mayoría de los tratamientos contra el cáncer predomina el uso de quimioterapia en forma de ciclos. Esto significa que se administra un medicamento y se alterna con un tiempo de descanso hasta la siguiente administración. Es curioso porque estos periodos de descanso son precisamente para darle tiempo al cuerpo a que las células sanas se regeneren. Por tanto, esto mejora la tolerancia y reduce los efectos secundarios. Entonces, ¿cómo se sabe cuándo está el cuerpo recuperado? Todo se basa en el estado general y en los valores de los análisis de sangre. Por tanto, son variables y se pueden administrar cada 15 días, 3 o 4 semanas. El médico siempre informará la duración del tratamiento, el tiempo de cada ciclo, el tiempo entre ciclos y cuándo se harán las analísitcas.

Existen quimioterapia intravenosa u oral. La más común es por vía intravenosa, en la que mediante la inyección por vena (en un brazo). Es posible que sea necesario el uso de un catéter que, a diferencia de lo que se cree, no suele provocar dolor ni sensación desagradable. Además, es cierto que algunos medicamentos pueden provocar inflamación (flebitis).

Debido a que estos medicamentos se administran por vía intravenosa, ¿cómo se preparan? En una bolsa se introduce suero y los diferentes medicamentos en las dosis indicadas por el oncólogo. Esto se realiza en el servicio de farmacia hospitalaria bajo unas medidas de seguridad y esterilidad, mientras que los enfermeros son quienes colocan la vía y la bolsa.

Por otro lado, también hay medicación quimioterápica en forma de comprimidos o sobres siendo que se puede absorber por el estómago o intestino. Igualmente existen más vías como intratecal (catéter en el canal espinal), intraarterial (inyectada en una arteria directamente en una zona), intraperitoneal (abdomen), etc. En cualquiera de los casos, es preciso que la persona se desplace al hospital “Hospital de Día” para que pueda recibir la medicación y se le realice un control del tratamiento.

Efectos secundarios de la quimioterapia

Debido a que los tratamiento oncológicos no solamente afectan a las células cancerosas sino a todas las células, por lo que todas las personas pueden experimentar diversos problemas digestivos.

Las más comunes son las náuseas y vómitos. Suelen estar provocador por la quimioterapia o radioterapia. No obstante, también pueden estar relacionadas con el propio tumor como por ejemplo la irritación o compresión del tubo digestivo, enlentecimiento del vaciado gástrico, estreñimiento, etc. Para controlar las náuseas o vómitos se recomienda en primer lugar, conocer el porqué de esta sintomatología y tratarla en la medida de lo posible, seguido de realizar 6 comidas ligeras/día, lavarse los dientes y utilizar el colutorio, usar ropa holgada, modificar el gusto chupando caramelos sin azúcar o rodajas de fruta, beber en pequeños sorbos y hacer reposo tras las comidas. Además, se recomienda elegir alimentos de fácil digestión con texturas y sabores suaves evitando mezclas de texturas, alimentos muy fríos o calientes, ácidos o picantes.

En segundo lugar, muchas personas experimentan diarrea, lo que se definiría en 3 o más deposiciones al día con una menos consistencia de lo habitual. En este caso son la quimioterapia, así como antibióticos, el propio tumor, ciertas infecciones (gastroenteritis vírica, salmonella, etc.), fístulas o alteraciones en la absorción los principales causantes. Como en cualquier caso de diarrea se recomienda la realización de comidas ligeras y espaciadas a lo largo del día, el uso de técnicas culinarias como vapor, hervido, al horno o a la plancha, la reposición de hidroelectrolitos, cuidados perianales, reposo tras las comidas, potenciar alimentos como la patata, la zanahoria, el yogur, pescado blanco, arroz y evitar verduras, legumbres y alimentos irritantes (café, chocolate, etc.).

La mucositis o estomatitis oral es la inflamación de la boca con o sin úlceras frecuente en personas tratamiento quimioterápico, defensas bajas (neutropenia), ciertas infecciones (hongos, herpes, etc.) u otros fármacos (antibióticos, corticoides, opioides). Para el cuidado de la boca es preciso el uso de cepillo con cerdas suaves, enjuagues bucales con suero salino, bicarbonato sódico 9%, tomillo antes y después de las comidas. Asimismo, se aconseja evitar alimentos irritantes ácidos, salados, picantes, secos, duros, etc. y potenciar aquellos cremosos a temperatura ambiente.

La sensación de sequedad en la boca (xerostomía) es otro síntoma frecuente de los tratamientos quimioterápicos, así como múltiples causas como es el consumo de tabaco o alcohol, complicaciones metabólicas, uso de oxígeno domiciliario, etc. En este caso, ¿cuáles son las recomendaciones? Lo principal se basa en mantener la boca húmeda con zumos de frutas, cubitos de hielo, masticar chicle, hidratación de los labios. Seguidamente, potenciar el consumo de líquidos, alimentos blandos, jugosos, en almíbar, gelatinas e inspeccionar la boca. Además, evitar alimentos secos y fibrosos como galletas, patatas fritas, frutos secos y condimentados.

Por último, también se puede experimentar disgeusia, es decir, la percepción anormal o cambio del sabor de los alimentos. Además de a las personas que están en tratamiento de quimioterapia, también puede ser debido a deficiente de vitamina B12 o zinc, demencia o traumatismos, uso frecuente de enjuagues, etc. En estos casos se aconseja evitar olores ambientales y los lugares donde se cocine, servir los alimentos a temperatura ambiente, hervir la comida, tomar alimentos suaves evitando alimentos con olores penetrantes y fuertes. En caso de aversión a la carne roja por tener sabor amargo generado por la urea, es preferible cocinarla macerada con salsas o especias.

 

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