Por Patricia Estevan Yuste | Revisado por Cristina García García

La demencia es la consecuencia del daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro, lo que supone un debilitamiento de las facultades mentales. De todos los tipos de demencia que existen, la EA es la más prevalente. Es un trastorno cerebral que destruye de manera lenta y progresiva las neuronas, causando así un deterioro de la memoria y la capacidad de pensamiento. Con el tiempo, se produce un deterioro del comportamiento y de las habilidades básicas del día a día (2).

Actualmente el número global de personas con demencia por Enfermedad de Alzheimer (EA), EA prodrómica y EA preclínica se estima en 32, 69 y 315 millones, respectivamente (1). Se trata de un problema de salud global y de máxima prioridad a nivel de salud pública.

Debido al aumento de casos y la gran demanda a nivel de atención primaria, es necesario crear una colaboración estrecha entre el médico y farmacéutico para llevar a cabo una actuación coordinada para la detección temprana del deterioro cognitivo. Como sanitarios, es fundamental asistir a nuestros pacientes y cooperar en la detección precoz de deterioro cognitivo.

La mayoría de los pacientes suelen acudir a su médico o farmacia con pérdidas de memoria subjetiva, y es ahí donde cobran relevancia los protocolos destinados a la detección de un diagnóstico precoz.

El Grupo de Trabajo Europeo de Salud Cerebral ha publicado en The Lancet un artículo sobre el diseño e implantación de clínicas de memoria específicas que intervengan de forma integral en la prevención de personas en riesgo de desarrollar una demencia (3).

Las intervenciones consisten fundamentalmente en:

(i)                Evaluar los factores de riesgo genético y los potencialmente modificables.

(ii)               Comunicación del riesgo mediante protocolos.

(iii)            Reducción del riesgo con intervenciones holísticas.

(iv)            Mejora de la función cognitiva mediante entrenamiento cognitivo y físico.

Desde la Cátedra DeCo, se han creado protocolos aplicables desde la farmacia comunitaria mediante los cuales se llevan a cabo principalmente la realización de test neuropsicológicos breves donde se evalúa el estado de memoria del paciente (como por ejemplo memorizar ciertas palabras y a los minutos recordarlas, habilidad de restar números...). De este modo,  los individuos con al menos una prueba cognitiva positiva son derivados a atención primaria y, cuando procede, al servicio de neurología. Además, se realizan otro tipo de pruebas para evaluar su estado de salud general. Los resultados obtenidos desde el equipo investigador muestran una alta sensibilidad (cerca del 90%) del cribado de deterioro cognitivo en aquellos pacientes que acudían al servicio de neurología tras realizarle un cribado previo desde la farmacia comunitaria (4). Esto avala la capacidad de realizar un cribado muy sensible por parte del farmacéutico.

Es importante recordar a los pacientes que existen muchos factores de riesgo del deterioro cognitivo. Muchos de ellos son factores de riesgo modificables, por lo que se pueden realizar pequeños cambios en su estilo de vida que han demostrado que ayudan a retrasar la enfermedad de Alzheimer.

En ese punto, la farmacia comunitaria presenta una importancia fundamental. Puesto que los factores asociados a la EA no son conocidos por todos los pacientes, el farmacéutico realiza un papel crucial para explicar y fomentar todos aquellos factores que permitan un envejecimiento saludable.

Hoy en día la EA no tiene cura, y además tiene predisposición genética. Sin embargo, abordando los factores de riesgo podemos ayudar a retrasar el transcurso de la enfermedad o incluso evitar su aparición. Es importante concienciar a los pacientes de mejorar su estilo de vida y adquirir hábitos de vida saludables.

Nunca es demasiado pronto.

(1)  Gustavsson, A., Norton, N., Fast, T., Frölich, L., Georges, J., Holzapfel, D., Kirabali, T., Krolak-Salmon, P., Rossini, P. M., Ferretti, M. T., Lanman, L., Chadha, A. S., & van der Flier, W. M. (2023). Global estimates on the number of persons across the Alzheimer's disease continuum. Alzheimer's & dementia : the journal of the Alzheimer's Association, 19(2), 658–670. https://doi.org/10.1002/alz.12694

(2)  Dubois B, Villain N, Frisoni GB, Rabinovici GD, Sabbagh M, Cappa S, Bejanin A, Bombois S, Epelbaum S, Teichmann M, Habert MO, Nordberg A, Blennow K, Galasko D, Stern Y, Rowe CC, Salloway S, Schneider LS, Cummings JL, Feldman HH. Clinical diagnosis of Alzheimer's disease: recommendations of the International Working Group. Lancet Neurol. 2021 Jun;20(6):484-496. doi: 10.1016/S1474-4422(21)00066-1. Epub 2021 Apr 29. PMID: 33933186; PMCID: PMC8339877.

(3)  Frisoni GB, Altomare D, Ribaldi F, Villain N, Brayne C, Mukadam N, Abramowicz M, Barkhof F, Berthier M, Bieler-Aeschlimann M, Blennow K, Brioschi Guevara A, Carrera E, Chételat G, Csajka C, Demonet JF, Dodich A, Garibotto V, Georges J, Hurst S, Jessen F, Kivipelto M, Llewellyn DJ, McWhirter L, Milne R, Minguillón C, Miniussi C, Molinuevo JL, Nilsson PM, Noyce A, Ranson JM, Grau-Rivera O, Schott JM, Solomon A, Stephen R, van der Flier W, van Duijn C, Vellas B, Visser LNC, Cummings JL, Scheltens P, Ritchie C, Dubois B. Dementia prevention in memory clinics: recommendations from the European task force for brain health services. Lancet Reg Health Eur. 2023 Jan 31;26:100576. doi: 10.1016/j.lanepe.2022.100576. PMID: 36895446; PMCID: PMC9989648.

(4)  Ramos, H., Pardo, J., Sánchez, R., Puchades, E., Pérez-Tur, J., Navarro, A., & Moreno, L. (2021). Pharmacist-Physician Interprofessional Collaboration to Promote Early Detection of Cognitive Impairment: Increasing Diagnosis Rate. Frontiers in pharmacology12, 579489. https://doi.org/10.3389/fphar.2021.579489

 

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