Por Claudia Rovira, alumna de 4º de Farmacia en la Universidad CEU Cardenal Herrera

Revisado por Mar García, estudiante de doctorado y miembro de la Cátedra DeCo.

Los avances médicos y la mejora en la calidad de vida han aumentado las probabilidades de alcanzar edades extremas (100 o más años). Un dato muy interesante es que se estima que en el año 2100 aproximadamente 25 millones de personas serán centenarias1.

El deterioro cognitivo y la demencia, en concreto la Enfermedad de Alzheimer (EA), son enfermedades que se asocian a la edad y durante mucho tiempo se creyó que el desarrollo de la EA en la vejez extrema era inevitable.  Numerosos estudios afirman que el 50% de las personas que llegan a los 100 años, los llamados centenarios, presentan claros síntomas de demencia y, al menos el 25% de los centenarios presentan síntomas de deterioro cognitivo1. Pero, ¿qué pasa con el 25% restante? Están considerados como pacientes sanos a nivel cognitivo. Por tanto, y como afirman numerosos estudios, se puede no desarrollar deterioro cognitivo o demencia durante la vejez.

Por una parte, en una revisión realizada por Thomas T. Perls2, se afirma que el investigador John Morris mostró resultados longitudinales de pruebas neuropsicológicas y estudios post mortem que indicaban que algunas personas permanecen cognitivamente intactas y sin evidencia neuropatológica hasta bien entrados los noventa años. Además, como anécdota, el investigador menciona su propia experiencia como becario de geriatría, donde observó dos pacientes centenarios que parecían no presentar patologías cognitivas, lo que le hizo sospechar que algunas personas extremadamente ancianas pueden tener resistencia a la EA.

Además, en un estudio de la Universidad de Amsterdam1 se llevó a cabo un estudio longitudinal con 340 centenarios cuya edad media fue de 100,5 años. En este se observó que el 73% de los pacientes mantenían su salud cognitiva a lo largo de 2 años. Esta resistencia a la EA podría deberse a un mayor número de determinados factores genéticos neuroprotectores y a un menor número de factores genéticos que aumentan el riesgo, en comparación con la muestra de individuos de menor edad de la misma población.

En conclusión, se espera que el aumento de la esperanza de vida conduzca a un mayor número de personas que alcanzarán edades extremas. La edad es un factor de riesgo para el Alzheimer y otras demencias, pero, tal y como afirman numerosos estudios, la EA no tiene por qué estar presente en la vejez. Algunos centenarios logran mantener una buena salud cognitiva a pesar de su avanzada edad, lo que sugiere la existencia de mecanismos de resistencia o protección aún por descubrir. Seguir investigando es necesario para poder averiguar el porqué de estos casos y seguir luchando contra estas enfermedades.


1.- Beker N, Sikkes SAM, Hulsman M, Tesi N, van der Lee SJ, Scheltens P, et al. Longitudinal maintenance of cognitive health in centenarians in the 100-plus study. JAMA Netw Open. 2020;3(2):e200094.

2.- Perls TT. Cognitive trajectories and resilience in centenarians-findings from the 100-plus study. JAMA Netw Open. 2021;4(1):e2032538.

 

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas