Para seguir asegurando la sostenibilidad del SNS son necesarias reformas que mejoren la eficiencia.

El 1 de julio comenzó la presidencia española de la Unión Europea, que se prolongará hasta final de año, una buena oportunidad para visibilizar las fortalezas de nuestro país en uno de los pilares del Estado de Bienestar, el Sistema Nacional de Salud (SNS) y también para tener en cuenta las recomendaciones procedentes europeas en cuanto a la necesidad de reforzarlo.

Comenzando por lo primero, nuestro país cuenta con un sistema sanitario público, universal y gratuito, que está entre los mejores del mundo y garantiza la asistencia y protección de la salud. En él, la Farmacia es una parte importante y fundamental, con una red de más de 56.000 farmacéuticos comunitarios que trabajan en las 22.220 farmacias, de las que dos cada tres están fuera de las capitales de provincia. En España la prestación farmacéutica se asegura a través de esta estructura de establecimientos sanitarios, concertados con el SNS, formando el mejor y más cercano sistema farmacéutico de Europa, con una farmacia por cada 2.137 habitantes, lejos de países como Dinamarca, con una por cada 12.000.

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Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas