La sarcopenia, que provoca un pérdida de fuerza y masa muscular en el enfermo, afecta a entre el 11 y el 20 por ciento de la población mayor en Europa.

FUENTE: Correo Farmacéutico.

La sarcopenia es un síndrome que se caracteriza por una pérdida gradual y generalizada de la masa muscular esquelética y la fuerza, con riesgo de presentar resultados adversos como discapacidad física, calidad de vida deficiente y mortalidad. Así lo definió hace seis años el Grupo Europeo de Trabajo sobre la Sarcopenia en Personas de Edad Avanzada (Ewgsop, por sus siglas en inglés), que recomienda utilizar la presencia de una masa muscular baja y una función muscular deficiente (fuerza o rendimiento) para su diagnóstico.

En 2016, la prevalencia europea de sarcopenia en la población mayor estaría entre el 11,1 y el 20,2 por ciento. Para 2045 se estima que llegue a entre el 12,9 y el 22,3 por ciento. Son datos de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lieja (Bélgica), cuyos resultados presentaron en el Congreso Mundial de Osteoporosis, Osteoartritis y Enfermedades Musculoesqueléticas, celebrado la pasada semana en Málaga, y publicaron en el último número de Osteoporosis International.

Este síndrome está de moda, tanto en los foros científicos como en el campo de la investigación, cuentan a CF los expertos consultados, quienes coinciden en que las estimaciones de prevalencia planteadas para dentro de 30 años no son exageradas.

"No creo que las cifras estén sobreestimadas. De hecho, un estudio coreano publicado en 2014 hablaba de hasta un 50 por ciento de prevalencia de este síndrome en mayores de 80 años", dice Jordi Monfort, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo del Hospital del Mar (Barcelona).

"Más que a un aumento de la prevalencia, estamos asistiendo a un incremento de la detección porque este síndrome era desconocido", opina Rafael Bielza, geriatra del Hospital Infanta Sofía, en San Sebastián de los Reyes (Madrid).

LIGADA AL ENVEJECIMIENTO
En palabras de José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), "la sarcopenia tiene que ver con el envejecimiento, y la población está envejeciendo. Una población cada vez más sedentaria también tendría que ver con este incremento".

Monfort cita dos consecuencias inmediatas de la sarcopenia: "El paciente puede hacer menos tareas (pérdida de funcionalidad) y tiene una peor calidad de vida". Bielza añade que este síndrome geriátrico eleva el riesgo de "caídas, discapacidad, hospitalización y mortalidad". Se trata de un problema bidireccional, puesto que "la sarcopenia provoca inmovilidad y, a suvez, ésta retroalimenta la sarcopenia -un estado previo a la fragilidad-, llevando muchas veces a la incapacidad. Esto conduce también a problemas mentales (depresión y deterioro cognitivo) al afectar a la emotividad", indica el presidente de la SEGG.

Tanto López Prieto como Monfort subrayan la importancia de los programas de actividad física para mayores y el seguimiento de una dieta adecuada. "Lo difícil es anticiparse a los efectos de la sarcopenia. Por ahora, lo que podemos ofrecer con eficacia demostrada a la población en riesgo es una alimentación rica en proteínas y vitamina D; aminoácidos esenciales, como la leucina, y ejercicios aeróbicos y con resistencia muscular. En investigación están la testosterona, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los agentes moduladores de grelina, los inhibidores de la miostatina y algún anticuerpo monoclonal", relata Bielza.

EJERCICIOS RECOMENDADOS
Respecto al ejercicio, López Trigo pone varios ejemplos. "Recomendamos montar en bicicleta estática, realizar flexión y extensión de piernas de forma habitual y también de brazos con pesas (de 4 kg para los hombres y de 2,5 o 3 kg para las mujeres)". Arroja esperanza cuando declara que sarcopenia y fragilidad son reversibles; "lo que necesitamos es activar, física y emocionalmente, el organismo".

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