El Levante entrevista a Margarita del Val , Doctora en Ciencias Químicas e investigadora del CSIC.

FUENTE: Levante

Casos como la muerte en Cataluña de un niño por difteria ponen sobre la mesa la importancia de las vacunas. Y aunque el riesgo cero no existe, Margarita del Val afirma que siempre será menor que el hecho de pasar la enfermedad. Advierte, además, de la «gente desalmada» que para ganar dinero, hacen dudar a los padres de la necesidad de vacunar a sus hijos

¿Son seguras actualmente las vacunas?

Son de los medicamentos más seguros que existen. Pasan por todos los controles y se les pide un perfil de seguridad muy alto, porque se utilizan en personas sanas -sirven para prevenir una enfermedad- y en niños, que es lo más valioso que tenemos. El ensayo antes de que se autorice una vacuna se hace en más gente que otros medicamentos para tener certeza de que la seguridad es suficientemente alta. Pero el riesgo cero no existe, no hay nada cien por cien seguro. De las vacunas se conocen una serie de efectos adversos que se vigilan continuamente. Pero estos posibles efectos adversos son mucho menores que pasar la enfermedad. 

¿De dónde sacan sus argumentos los grupos antivacunas?

Vienen de una cierta falta de información. Los padres que dudan buscan información porque quieren lo mejor para sus hijos. Y hay gente desalmada que para sacar dinero les meten dudas. Falta información que diga, por ejemplo, que de sarampión se mueren 150.000 niños al año. No es sólo cuestión de ponerse enfermo y pasar unos granitos. Hay padres que no se dan cuenta de que el sarampión puede ser grave. No son conscientes de la gravedad de estas enfermedades porque no han visto su efecto. Muchos piensan que para qué van a prevenir algo que no perciben. También ha habido gente desalmada que ha propagado la falsa relación de las vacunas con enfermedades graves. Después se ha demostrado que no hay tal asociación, pero cuando a un padre se le mete miedo es muy difícil sacárselo. 

¿Cómo sacan dinero a los padres?

Les tratan de convencer de que usen productos alternativos. Por ejemplo, hay gente que desarrolla vacunas de homeopatía, que no valen nada y son una completa aberración.

En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de vacunas que se ponen a los niños. ¿No son demasiadas?

Todo lo contrario, hay muy pocas. Actualmente se ponen 14 vacunas, podría haber muchísimas más. De hecho se descubren más agentes infecciosos al año que vacunas. Además de todas las infecciones, surgen cada año nuevas enfermedades que no conocíamos, como el ébola.

Hay quien ve en las vacunas un enorme negocio para los laboratorios.

Hacen negocio porque de lo contrario no sería viable la industria farmacéutica, pero las vacunas es casi con lo que menos negocio hacen porque se ponen una vez en la vida. Se hace mucho más negocio con los medicamentos para enfermedades crónicas. Se haría menos negocio con una vacuna del sida que tratando con antirretrovirales a todos los infectados de sida. Además cuando vacunando se logra erradicar una enfermedad, se deja de vacunar. Los laboratorios deben ganar dinero, pero no es el producto con el que más dinero ganan.

¿Estaría a favor de aplicar algún tipo de sanción a quien se negase a vacunar a sus hijos?

No estoy a favor de sanciones o de imponer una obligación. Tiene que ser algo que hagas por convencimiento o confianza en el sistema sanitario. Sin embargo, en un determinado momento sí debería ser obligatorio. Por ejemplo, cuando con tu decisión estás perjudicando a los demás. Actualmente se está a punto de eliminar la poliomelitis. Eliminar una enfermedad está por encima de mi derecho a si vacuno o no. Cuando hay un brote de meningitis, por ejemplo, para que no se extienda a los niños de otras clases debe vacunarse al resto. En estas circunstancias particulares las vacunas deberían ser obligatorias, pero en general no ganamos nada con que sean obligatorias.

¿Qué hay de la vacuna del papiloma humano? Generó mucho debate.

Es una de las vacunas más seguras, aunque es cierto que sí ha creado una cierta polémica. Es una vacuna muy nueva y cuando hay una vacuna nueva se empieza a dudar de si hay o no problemas. Sin embargo, ya se han vacunado cientos de miles de niñas y se ha visto que es muy segura. Hay algún efecto secundario, pero es muy poco frecuente. Por contra, se ha visto que tiene un efecto muy claro a la hora de prevenir la infección por el virus de papiloma humano que causa lesiones precancerosas y luego cáncer. Ya se ha visto que en las chicas que fueron vacunadas hace 20 años, las lesiones precancerosas casi han desaparecido.

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