El tabaco continúa siendo uno de los principales factores de riesgo evitables de enfermedad y mortalidad a nivel mundial. Aunque el cigarrillo convencional es su forma más reconocida, existen múltiples presentaciones y métodos de consumo, algunos menos conocidos, pero no por ello menos perjudiciales. Desde la farmacia comunitaria es fundamental conocer esta diversidad de presentaciones para ofrecer un consejo farmacéutico personalizado en función de las distintas formas de consumo. Las repasamos a continuación.
1. Tabaco para fumar
a) Cigarrillos
Son la forma más común de consumo de tabaco. Se presentan en dos variantes principales:
b) Cigarros y puros
c) Pipas
2. Tabaco sin combustión
Estos productos calientan el tabaco a temperaturas inferiores a las de combustión, lo que reduce la cantidad de ciertos compuestos tóxicos, pero no elimina el riesgo.
Aunque se presentan como alternativas menos perjudiciales, su impacto en la salud a largo plazo aún no está completamente determinado. La exposición a nicotina y otros compuestos sigue siendo significativa.
3. Tabaco sin humo
a) Tabaco oral
b) Tabaco masticable
4. Productos alternativos sin tabaco
Estos productos no contienen tabaco, pero están relacionados con su uso o con la administración de nicotina.
a) Cigarrillos electrónicos (vapeadores)
Dispositivos que generan un aerosol a partir de líquidos que pueden contener nicotina. Aunque su perfil tóxico difiere del tabaco tradicional, no están exentos de riesgos, especialmente entre jóvenes. Los riesgos a largo plazo todavía se desconocen.
b) Pouches de nicotina
Bolsitas orales sin tabaco que contienen nicotina. Se colocan debajo del labio superior, donde liberan nicotina a través de la mucosa bucal. Contienen sales de nicotina junto con otras sustancias, entre las que se encuentran la celulosa microcristalina, carbonato de sodio y otras sales de carbónico, ácido cítrico y diversos aromas. No contienen tabaco y por ello, y por su origen químico, a veces los definen como productos completamente “blancos”. Sin embargo, su consumo no está exento de riesgos, ya que, al no estar regulados, las concentraciones de nicotina pueden ser muy elevadas. Por otra parte, existe el riesgo de deglución, lo que puede resultar letal. Su uso está en auge como forma discreta de consumo
c) Productos herbales para fumar
Sustitutos del tabaco elaborados con plantas o mezclas herbales. No contienen nicotina, pero su combustión genera sustancias tóxicas similares a las del tabaco.
En definitiva, es importante que el farmacéutico conozca los diferentes tipos de productos relacionados con el tabaco para ofrecer un asesoramiento más preciso y personalizado. Independientemente de su forma o presentación, todos estos productos conllevan riesgos para la salud. La labor educativa del farmacéutico como agente de salud es clave para fomentar hábitos de vida saludables, libres de humo y de nicotina.