Eentre el 5% y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares tiene problemas visuales u «ojo vago»

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El «ojo vago» o ambliopía es la patología más frecuente de bajaagudeza visual en niños y jóvenesy es 10 veces más común que cualquier enfermedad ocular.Una buena salud visual es fundamental para el desarrollo educativode los niños. La mayoría de losproblemas visuales no son detectadosde forma temprana y esto puede determinar deficiencias visuales en la edad adulta, por tanto,es muy importante llevar a losniños al especialista con el fin dedetectarlos y prevenirlos.

Los datos hablan por sí solos. Entre el 5% y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares tiene problemas visuales, ambliopía u ojo vago, miopía, hipermetropíao estrabismo, debido al esfuerzo alque someten a sus ojos a lo largo del día, destaca el doctor EnriqueChipont, especialista en Oftalmología Pediátrica de Oftálica.

El sobre esfuerzo visual que realizan los niños en la actualidad puede conllevar peligros de salud.Y es que, con la finalización del curso escolar, los ojos de los escolares están a pleno rendimiento:a las horas de trabajo en clase se suman determinadas actividades extraescolares, como los deberes y los exámenes, y luego, los menores tienen como actividades de ocio la consola, el ordenador, la televisión o la lectura. De hecho, una ambliopía no diagnosticadaantes de 10 años, presentará problemasvisuales toda la vida.

Observar los síntomas

En los primeros días de vida, losrecién nacidos perciben claridady no le gustan las luces fuertes. Son capaces de percibir formas, sobre todo las de las caras de sus padres,y es normal que a veces crucen losojos, ya que están aprendiendo ausar los músculos oculares. Sin embargo, si hay lagrimeo, conjuntivitisfrecuentes, pupila blanca,fotofobia, desviación de uno oambos ojos o problemas al comenzara caminar hay que llevarleal oftalmólogo, incluso antes de los 10 meses de vida.

También hay signos que nos hacen pensar que el niño tiene problemas de visión como fruncir el ceño, guiñar los ojos o girar la cabeza y el cuello para mirar de lejoso de cerca. También deben fijarse si al niño le escuecen y se le irritan los ojos cuando escribe o lee, y se frota los párpados con frecuencia,si se queja habitualmente de dolores de cabeza o tropiezacon facilidad, consecuencia dela deficiencia en la sensación deprofundidad. El doctor Chipontadvierte que, «ante cualquiera deestos síntomas, es necesario acudir al oftalmólogo. Solo él puede realizar estas revisiones y puede graduar con el uso de gotas de dilatación ocular, que es la única manera fiable de conocer si hay defectos refractivos importantes e identificar enfermedades de la retina y el nervio óptico».

Más factores

Otros factores que también pueden influir y aumentar el riesgo depatologías oculares son la presencia de cuerpos extraños en el ojo, que pueden provocar irritaciones y erosiones; golpes, contusiones y pelotazos; la exposición prolongada a la radiación ultravioletay el cloro de la piscina, que pueden producir queratitis y conjuntivitis; la fijación prolongadade la vista en pantallas y el aire acondicionado o la calefacción, que producen sequedad ocular. Además, algunas enfermedades como la diabetes son causa de enfermedades retinianas que pueden comprometer la vista. Los hijos de padres con problemas visuales son los pacientes con mayor riesgo, por ello, en este caso, se debe prestar una mayor atención. En la lucha para la prevención de las enfermedades oculares debenestar involucrados los médicos en general, pediatras, docentes y padres, con el fin de generalizar el conocimiento de su existencia y la posibilidad de su prevención.

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