Lo analizamos con motivo del Día Mundial de la Salud Mental

Por Mª Ángeles Rodríguez Castaño, miembro de la Cátedra DeCo.

Revisado por Mar García, estudiante de doctorado y miembro de la Cátedra DeCo.

Hoy se afronta el estudio del alzhéimer atendiendo también a los efectos modificables de factores sociales y culturales que tienen que ver con el estilo de vida asociados al comportamiento emocional.

Estudios recientes muestran que los acontecimientos estresantes en la mediana edad, como puedan ser la muerte de un ser querido, el desempleo o la enfermedad constituyen amenazas externas objetivas que hoy se asocian a un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo.

A día de hoy, las mujeres y las personas con menor nivel educativo presentan mayores niveles de estrés. En concreto, el estrés económico afecta en mayor medida a las mujeres, mientras que la pérdida de trabajo representa un factor estresante en los varones. Las experiencias estresantes en la infancia se asocian también a procesos neuroinflamatorios relacionados con la enfermedad de alzhéimer en edad adulta.

La investigadora de ISGlobal, Eleni Palpatzis, afirma: “Sabemos que la mediana edad es un periodo en el que empiezan a acumularse las patologías relacionadas con la enfermedad de alzhéimer. Es posible que estos años representen un periodo vulnerable en el que experimentar estrés psicológico pueda tener un impacto duradero en nuestra salud cerebral”.

Si queremos ayudar hoy a la prevención del alzhéimer, es conveniente incluir el cuidado del “bienestar emocional”.

La vida y las circunstancias cambian continuamente; también nuestro carácter, pensamientos y sentimientos fluctúan.

En estos momentos de incertidumbre personal es importante aprender a disfrutar de la vida mientras afrontamos los problemas diarios que nos van surgiendo; tomando decisiones, adaptándonos a situaciones difíciles o dialogando acerca de nuestras necesidad y deseos.

Cuidar de uno mismo es también cuidar de las relaciones de quienes nos rodean. El compartir los problemas y preocupaciones del día a día con personas de confianza o que hayan pasado por una situación parecida, ayuda a encontrar soluciones y a sentirnos menos solos para afrontarlos.

La posibilidad recíproca de dar y recibir apoyo es muy beneficiosa para el bienestar emocional.

 

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