Por Enrique Granda
La farmacia valenciana pierde hoy a una de sus figuras más discretas y, al mismo tiempo, más firmes: José Grau Marí. Su marcha deja un vacío difícil de llenar entre quienes tuvimos la fortuna de compartir con él no solo proyectos profesionales, sino también amistad y lealtad verdadera.
Conocí a José de cerca cuando, en 2006, emprendimos juntos la aventura de presentarnos a las elecciones al Consejo General: yo como candidato a presidente y él como vicepresidente. Aquella experiencia, que exigía carácter, serenidad y sentido del deber, mostró desde el primer día la madera de la que estaba hecho. Siempre prudente, siempre templado, siempre constructivo.
Su trayectoria profesional fue impecable. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada, dedicó su vida al servicio de la profesión. Ocupó cargos de vicepresidente de Cofarsa y formó parte del Consejo Rector de Cofares.
José perteneció a la Plataforma para la Defensa del Modelo Mediterráneo de Farmacia, aquella iniciativa que asentó, los fundamentos de la farmacia moderna tal como la entendemos hoy. Su visión profesional, profundamente ética y comprometida con el modelo, forma ya parte de la memoria colectiva de nuestra profesión.
Pero más allá del farmacéutico admirable, queda el recuerdo del amigo. Era un anfitrión generoso y un conversador infatigable.
Padre orgulloso de dos hijos farmacéuticos en Alfafar —una de las poblaciones golpeadas por la DANA—, y esposo dedicado de M.ª Victoria Gari, que siempre estuvo a su lado, José fue también un deportista incansable. Precisamente practicando una de sus pasiones, la bicicleta, ha encontrado su último adiós. Un final que, aunque duro para quienes le queremos, no deja de reflejar su espíritu activo, vital y coherente consigo mismo hasta el último día.
Hoy despedimos a un hombre bueno, un profesional ejemplar y un amigo leal. La farmacia valenciana pierde a uno de sus grandes, pero su huella permanecerá entre quienes creemos en el trabajo bien hecho, en la palabra dada y en la dignidad con la que siempre vivió.