El dolor crónico es una realidad frecuente en la población de más de 65 años y tiene un impacto profundo en su calidad de vida, su funcionalidad y sus relaciones. Según diversas fuentes, entre un 50 y 80 % de las personas mayores de 65 años presentan algún tipo de dolor persistente. En este contexto, conocer el perfil del paciente que convive con dolor crónico, sus principales preocupaciones, los síntomas más relevantes y el papel que puede desempeñar el farmacéutico, resulta esencial para mejorar su bienestar. Además, el proyecto Xarxa Pacients del MICOF ofrece una vía de apoyo y formación al paciente para impulsar el autocuidado y la toma de decisiones en su salud.
Perfil más común
El perfil más habitual es el de una persona de más de 65 años, con una o varias enfermedades crónicas asociadas (como artrosis, osteoporosis, enfermedades reumatológicas, o neuropatías), quien padece dolor persistente de larga duración (más de 3-6 meses) que ya no se debe únicamente a la causa original, sino que se ha cronificado.
Entre las principales características encontramos:
Por tanto, es importante que los profesionales sanitarios —y en especial el farmacéutico comunitario— sepan que se trata de un paciente vulnerable, con múltiples factores de riesgo para un manejo más complejo del dolor.
Principales síntomas y características relevantes
En la población mayor, el dolor crónico adopta ciertas particularidades:
Principales preocupaciones del paciente
El paciente mayor con dolor crónico tiene preocupaciones específicas, que el farmacéutico debe conocer para ofrecer una atención adaptada. Entre ellas destacan:
El papel del MICOF y del proyecto Xarxa Pacients
El MICOF está comprometido con la salud de las personas con enfermedades crónicas. A través del proyecto Xarxa Pacients, puesto en marcha en 2022, el Colegio ofrece un programa de formación gratuita para pacientes crónicos, con el objetivo de empoderar al paciente, facilitar el autocuidado y crear una red de apoyo entre personas que viven con patologías comunes.
En el ámbito del dolor crónico, el MICOF, vía Xarxa Pacients, ha desarrollado acciones formativas específicas, en colaboración con AVAAR y AAEV, que abordan alimentación, actividad física, medicación, aspectos psicosociales y técnicas de relajación, entre otros temas.
Por lo tanto, la farmacia comunitaria puede desempeñar un papel activo: recomendar los cursos, fomentar la formación de pacientes mayores, colaborar con los formadores (pacientes‐formadores) que participan en Xarxa Pacients, y trabajar en red con el programa para mejorar la adherencia, el autocuidado y la calidad de vida.