Conocer el perfil del paciente, sus principales preocupaciones, los síntomas más relevantes y el papel que puede desempeñar el farmacéutico, resulta esencial

El dolor crónico es una realidad frecuente en la población de más de 65 años y tiene un impacto profundo en su calidad de vida, su funcionalidad y sus relaciones. Según diversas fuentes, entre un 50 y 80 % de las personas mayores de 65 años presentan algún tipo de dolor persistente. En este contexto, conocer el perfil del paciente que convive con dolor crónico, sus principales preocupaciones, los síntomas más relevantes y el papel que puede desempeñar el farmacéutico, resulta esencial para mejorar su bienestar. Además, el proyecto Xarxa Pacients del MICOF ofrece una vía de apoyo y formación al paciente para impulsar el autocuidado y la toma de decisiones en su salud.

Perfil más común

El perfil más habitual es el de una persona de más de 65 años, con una o varias enfermedades crónicas asociadas (como artrosis, osteoporosis, enfermedades reumatológicas, o neuropatías), quien padece dolor persistente de larga duración (más de 3-6 meses) que ya no se debe únicamente a la causa original, sino que se ha cronificado.

Entre las principales características encontramos:

  • Mayor prevalencia en mujeres que en hombres.
  • Dolor localizado con frecuencia en articulaciones, en la espalda (columna lumbar o dorsolumbar) y en las extremidades inferiores.
  • Posible presencia de otras comorbilidades (diabetes, problemas vasculares, neuropatías) o polifarmacia, lo que complica el manejo del dolor.
  • A menudo dificultades para comunicarse, valorar el dolor, debido a problemas cognitivos, sensoriales o de movilidad, lo que puede llevar a que el dolor se sub‐reporte.

Por tanto, es importante que los profesionales sanitarios —y en especial el farmacéutico comunitario— sepan que se trata de un paciente vulnerable, con múltiples factores de riesgo para un manejo más complejo del dolor.

Principales síntomas y características relevantes

En la población mayor, el dolor crónico adopta ciertas particularidades:

  • Se puede manifestar como rigidez, sensación de pesadez, ardor, hormigueo o “dolor sordo” más que punzante. En personas mayores se describe que el dolor tiende a ser más profundo, lento y de percepción más prolongada.
  • Impacto funcional: dificultad para caminar, levantarse, hacer actividades domésticas, vestirse, asearse. Esto a su vez puede conducir a pérdida de autonomía, mayor riesgo de caídas y aislamiento social.
  • Repercusión psicoemocional: el dolor crónico en mayores se asocia con insomnio, depresión, ansiedad, sensación de soledad, frustración por la pérdida de actividad.
  • Cambios vinculados al envejecimiento: menor masa muscular, menor densidad ósea, disminución de colágeno en articulaciones, menor tolerancia al movimiento y menor capacidad de recuperación.
  • Riesgo de tratamiento más complejo: la polifarmacia, los cambios en la farmacocinética y farmacodinámica con la edad, las comorbilidades, hacen que el tratamiento del dolor en este grupo requiera especial atención.

Principales preocupaciones del paciente

El paciente mayor con dolor crónico tiene preocupaciones específicas, que el farmacéutico debe conocer para ofrecer una atención adaptada. Entre ellas destacan:

  • Pérdida de autonomía: genera miedo a depender de otros o a perder funcionalidad.
  • Miedo a caídas / miedo al empeoramiento.
  • Polimedicación y efectos secundarios: les preocupa el efecto de añadir analgésicos o antiinflamatorios, interacción con otros fármacos.
  • Dolor “invisible” y sensación de no ser entendidos: puede generar sensación de soledad y falta de apoyo.
  • Calidad de vida reducida: no poder participar en actividades que antes disfrutaban, limitar socialmente, sentirse carga para la familia.
  • Adherencia terapéutica / autocuidado: dudas sobre la medicación e incertidumbre sobre qué ejercicios o hábitos son adecuados.
  • Coste económico y asistencial.

El papel del MICOF y del proyecto Xarxa Pacients

El MICOF está comprometido con la salud de las personas con enfermedades crónicas. A través del proyecto Xarxa Pacients, puesto en marcha en 2022, el Colegio ofrece un programa de formación gratuita para pacientes crónicos, con el objetivo de empoderar al paciente, facilitar el autocuidado y crear una red de apoyo entre personas que viven con patologías comunes.

En el ámbito del dolor crónico, el MICOF, vía Xarxa Pacients, ha desarrollado acciones formativas específicas, en colaboración con AVAAR y AAEV, que abordan alimentación, actividad física, medicación, aspectos psicosociales y técnicas de relajación, entre otros temas.
Por lo tanto, la farmacia comunitaria puede desempeñar un papel activo: recomendar los cursos, fomentar la formación de pacientes mayores, colaborar con los formadores (pacientes‐formadores) que participan en Xarxa Pacients, y trabajar en red con el programa para mejorar la adherencia, el autocuidado y la calidad de vida.

 

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