Caminar rápido o ir en bici contrarrestan los efectos nocivos del sedentarismo

FUENTE: La Vanguardia

Pasarse ocho horas cada día sin moverse, sea sentado en la silla de la oficina o en el sofá de casa mirando la tele, no es irremediablemente un hábito de vida peligroso para la salud. Hay una manera sencilla, lógica y eficaz de corregir lo que a priori es una conducta nada saludable. No es necesario convertirse en un esforzado runner ni machacarse en un gimnasio. Basta con una hora diaria de ejercicio físico suave, como podría ser una hora caminando rápido o pedaleando sobre una bicicleta de paseo.

“Nuestro mensaje es positivo: es posible reducir e incluso eliminar el riesgo para la salud asociado a estilos de vida sedentarios si somos lo suficientemente activos, incluso sin tener que practicar deportes o ir al gimnasio”, destaca Ulf Ekelund, de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte y la Universidad de Cambridge, uno de los investigadores del amplísimo estudio hecho público ayer por la prestigiosa revista médica The Lancet. Se han analizado los hábitos y el estado de salud de un millón de personas, centrándose en mayores de 45 años de EE.UU., Europa Occidental y Australia.

Un ejercicio físico moderado, pero diario, es capaz de neutralizar los efectos perjudiciales del sedentarismo, como el incremento del riesgo de padecer un infarto o diabetes. “No importa cuántas horas al día pasemos sentados. De hecho , el aumento del riesgo de muerte asociado con estar sentado durante 8 horas al día desapareció en las personas que realizaron un mínimo de actividad física de una hora al día”, concluye el estudio.

Los investigadores querían saber cuántas horas de actividad física diaria eran necesarias para acabar con la relación entre estar muchas horas sentado y el incremento de la mortalidad. Los individuos analizados se dividieron en cuatro grupos, en función de su nivel de actividad. El estudio arrancó en el 2012, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres, y ha constatado también que el sedentarismo sigue siendo un problema generalizado en las sociedades desarrolladas que no se está afrontando desde las administraciones públicas con suficientes recursos.

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