El crecimiento interanual se sitúa en el 11 % y también es debido a la recuperación económica general

FUENTE: Levante

La eliminación en la práctica de los copagos farmacéuticos y la mejora de la capacidad económica de muchas personas ha propiciado el primer aumento del gasto farmacéutico en cinco años. El incremento se recoge en la última Memoria del Comité Económico y Social (CES) de la Comunitat Valenciana, que muestra cómo en 2015 se dispensaron en las tres provincias recetas por un importe total de 1.228 millones de euros, frente a los 1.104 del año anterior.

La subida es de un 11 % y destaca por ser la primera que se produce desde 2010, afectando tanto a pensionistas como a personas activas. Las medidas de contención del gasto, primero, y la implantación de copagos para los pensionistas después, habían hecho que se redujera de forma drástica el gasto farmacéutico en las tres provincias , e incluso el volumen de recetas dispensadas cada año.

El año pasado, sin embargo, la Memoria del CES ya apuntó un cambio, puesto que se incrementó el número de recetas expedidas a los pensionistas en toda la C. Valenciana.

Mayores recursos

La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante, Fe Ballestero, confirma que la eliminación tácita de los copagos y la mayor disponibilidad económica de las familias son factores determinantes para que crezca el gasto farmacéutico. Según explica, esto ha dado pie a que los pacientes «retiren más medicación», sin verse tan coartados por el importe a desembolsar. La presidenta incide en que «es indudable que la economía va mejor y se gasta más dinero», y que, en el caso de los tratamientos farmacéuticos, hay «pacientes que antes no podían pagarlos y ahora sí». En este sentido, explica que «en los años más duros de la crisis», aludiendo sobre todo al periodo entre 2010 y 2013, había quien «se cortaba» a la hora de comprar un medicamento porque no podía desembolsarlo, o incluso «dejación de tratamientos» que no eran perentorios. Ballestero cita de manera expresa lo que ocurría con fármacos como los protectores de estómago, básicos pero no vitales, y de los que se llegaba a prescindir en algún caso para evitar pagarlos. Ahora se observa que eso poco a poco va desapareciendo, entre los pensionistas porque no tienen que afrontar el copago y entre los activos porque tienen una capacidad económica algo mayor que en épocas precedentes.

Para Ballestero, este repunte del gasto muestra una tendencia positiva, y es que «la gente ya no tiene miedo a llevarse el medicamento y se lo toma; el paciente está bien tratado, y eso es lo interesante».

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