Es importante conocer las posibles interacciones que pueden producirse entre alimentos y fármacos tomados por vía oral.

FUENTE: El Levante

El alcohol es mal compañero cuando se está bajo medicación ya que, según alertaron ayer desde el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) interacciona con, al menos, la mitad de los fármacos más dispensados en la farmacia.

Así, según Lourdes Serrano, vocal de Alimentación del colegio, su consumo puede provocar la «inhibición o la inducción» de ciertos fármacos, «especialmente de la mayoría de los que actúan sobre el sistema nervioso central». Entre ellos están los psicofármacos, analgésicos, anticoagulantes, antihipertensivos y antihistamínicos. Los farmacéuticos insisten en que hay que estar alerta sobre las posibles interacciones entre fármacos y alimentos y no solo con el alcohol.

Así, advierten que algunos fármacos pueden modificar la «utilización normal de los nutrientes y producir un déficit de vitaminas o minerales» y, por otra parte, los alimentos pueden, a su vez, «modificar la respuesta farmacológica, provocando que la respuesta al tratamiento sea diferente a la que cabría esperar con una dosis dada». Para evitar sustos, imprescindible leer primero el prospecto para saber si los medicamentos se han de tomar con el estómago vacío y agua o, por contra, durante las comidas. Los grupos de población más vulnerables son los niños, embarazadas y lactantes o personas mayores, así como enfermos crónicos.

 

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