El 30% del bajo rendimiento escolar está relacionado con problemas de visión

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Las vacaciones escolares deeste verano están llegando a su fin, es el momento de la puesta a punto y de los preparativos para la vuelta a la rutina escolar. Precisamente entre esos preparativos resulta fundamental revisar la vista de nuestros hijos. El rendimiento escolar de los niños puede padecer un deterioro si éstos sufren problemas de visión,como las ametropías (miopía, hipermetropíao astigmatismo) o problemas de visión ocular.

Por ello, son importantes las revisiones visuales, puesto que el bajo rendimiento escolar está relacionado, en un 30 por ciento de los casos, con problemas visuales.«El diagnóstico y el tratamiento precozde estas alteraciones resulta trascendental,pues algunos defectos visuales únicamente son reversibles durante los primeros años de la infancia», explica el director médico y especialista en Oftalmología Pediátrica de Oftálica, doctor Enrique Chipont.

Una revisión oftalmológica al inicio del curso escolar es importante para el buen rendimiento del curso. Los problemas visuales afectan a uno de cada cuatro escolares, por esa razón, cuidarde la salud visual de los más pequeños antes de empezar la escuela es fundamental.El enrojecimiento de los ojos, dolor de cabezao la necesidad de forzar la vista, son algunas de las señales que nos pueden advertirde que el niño tiene algún problema visual.

Pero, ¿cómo podemos prevenir estos síntomas? El pediatra revisa los primeros años. Hasta que los niños tienen tres años y en el caso de niños sanos, contaremos con la ayuda del pediatra para revisar periódicamente los ojos del niño, teniendo en cuenta el aspecto de sus ojos, su tamaño, la presencia de opacidades o la existencia de estrabismo.Más tarde, cuando los niños ya han cumplido cuatro años y pueden colaborar en la consulta, podremos realizar la primera exploración oftalmológica completa y correcta.

En caso necesario y ante la presencia de cualquier anomalía deberán ser vistos por el oftalmólogo con cualquier edad.El doctor Chipont, explica que, «la mayoría de las veces el niño no ofrece signos de alarma ni se queja, se le tacha de poco trabajador, tiene dificultad en colorear los dibujos sin salirse de la línea, lectura lenta y guiada con el dedo, cabeza pegada al papel,de fácil distracción, poco constante y con bajo rendimiento escolar puede ocultar, enocasiones, alguna afección visual que no permite al niño llevar a cabo sus deberes escolares,por lo que es aconsejable ser examinado por el oftalmólogo pediátrico».Algunos pequeños son tachados de vagos o poco estudiosos cuando en verdad esconden un problema ocular no tratado.

Pero, ¿cuáles son los indicios que pueden ayudar a los padres a sospechar que el niño no ve bien? «Que sea incapaz de leer la pizarra,que se acerque mucho a los objetos,comprensión lectora baja para su edad, enrojecimiento ocular frecuente, parpadeo constante, dolor de cabeza al final del día,tendencia a guiñar un ojo o a desviarlo o inclinarla cabeza para intentar fijar la vista».

 

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