Un 90% de pérdidas de vista que provoca esta enfermedad podría evitarse con detección temprana

FUENTE: Las Provincias

El glaucoma es la principal causa común de ceguera y 4,5 millones de personas lo padecen en la actualidad con proyecciones de 11 millones de afectados para el 2020, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Día Mundial del Glaucoma, que se celebra en todos los países hoy, 12 de marzo, con el propósito de llamar la atención sobre este grupo de enfermedades oculares progresivas y la importancia de su detección temprana.

Hospitales y centros de salud en todo el mundo realizan pruebas para diagnosticar esta enfermedad, que tiene una mayor incidencia en algunas etnias determinadas y duna vez superados los 40 años de edad, explicó Juan Carlos Silva, asesor regional de salud visual en América Latina y el Caribe en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

«Hemos realizados muchos estudios epidemiológicos en América Latina y se ha demostrado que la población más vulnerable es la del Caribe de habla inglesa, especialmente la población de origen africano», dijo.

Agregó que si bien la enfermedad es incurable, un 90% de la ceguera que provoca el glaucoma podría evitarse mediante la detección temprana y tratamiento.

Sin embargo, para el doctor José Luis Rodríguez, especialista en el glaucoma, «todos los días son el Día Mundial del Glaucoma», puesto que en su clínica siempre se les practica a todos los pacientes la prueba para detectar esta enfermedad, denominada screening básico.

El doctor Rodríguez asegura que «el glaucoma debería doler mucho para poder notarlo». Esto se debe a que no presenta unos síntomas muy firmes, como la ausencia de dolor o enrojecimiento, además de que la visión se pierde de manera lenta y progresivamente, dificulta en gran medida su diagnóstico. Es por ello que muchas veces el paciente no sabe que tiene esta enfermedad hasta que ha avanzado mucho. Hay que recordar que las lesiones provocadas por el glaucoma son irreversibles, por lo que es muy importante la detección precoz acudiendo a una revisión oftalmológica con frecuencia, sobre todo en los casos de pacientes con antecedentes familiares de glaucoma.

El glaucoma, que afecta al 2% de la población, es una enfermedad crónica y universal, pudiendo aparecer a cualquier edad. Por este motivo, el riesgo de padecer glaucoma no está definido, ya que desde los niños más pequeños hasta los ancianos pueden sufrirlo. Sin embargo, existen unos parámetros bajo los que hay más posibilidades de padecerlo, como son los antecedentes familiares (aumentan hasta 10 veces el riesgo de padecer glaucoma), la diabetes, la miopía y la hipermetropía, el tratamiento prolongado con corticoides, o la exposición al sol.

Cuando un paciente tiene la tensión alta lo primero que se debe decidir es si necesita tratamiento o no. El objetivo del tratamiento es frenar la progresión de la enfermedad disminuyendo el valor de la presión intraocular. Normalmente aplicando gotas una o dos veces al día podemos controlar los niveles de tensión ocular y cuando esto no es suficiente utilizamos tratamiento con láser o con cirugía. Al no tener síntomas hay ocasiones que el paciente no es consciente de su enfermedad y no es constante con el tratamiento, siendo ésta la primera causa de evolución de la enfermedad. El paciente debe ser consciente de que el abandono del tratamiento contribuye al progreso del glaucoma.

A través de un estudio oftalmológico general y una posterior prueba específica, llamada tomografía de coherencia óptica (OCT), se averigua cómo es el nervio óptico, cómo se desarrolla y ver su evolución, lo que permitirá realizar un seguimiento del glaucoma.

En Oftalvist los tratamientos que se aplican, al igual que el diagnóstico, están minuciosamente realizados y pensados para cada caso en particular, es decir, son tratamientos totalmente personalizados. Esta clínica oftalmológica utiliza pruebas y una aparatología muy específica y sofisticada, un tac de milésimas de milímetro del nervio óptico, a través de la cual pueden pesar, medir y ver el cambio del nervio óptico. Es de tal precisión, que el doctor Rodríguez afirma que «los especialistas en glaucoma son los únicos que pueden ver tu cerebro sin abrirte la cabeza».

 

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