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El farmacéutico y
su responsabilidad social
jaime giner
presidente del micof
esde hace años el MICOF viene ofreciendo su ayuda a las asociaciones de pacientes
y a las organizaciones de colectivos vulnerables para poner en marcha acciones y
servicios de sensibilización social, de información y orientación sobre determinadas
Dpatologías o situaciones que afectan a una parte de la sociedad.
En pocos años más de 60 asociaciones de pacientes y ONG han firmado acuerdos con el Co-
legio que presta sus espacios, sus conocimientos e incluso hace donaciones en beneficio de
la actividad de estas entidades. Algo que hoy se conoce como Responsabilidad Social Cor-
porativa y que permite al MICOF sacar adelante proyectos como los que se destacan en este
número de La Rebotica como son la campaña de Farmamenut junto con el Banco de Alimentos
de Valencia o la recogida de fondos para una beca de investigación contra el cáncer junto con
AECC Valencia, entre otros.
Se podría pensar que todo ello responde a una estrategia de imagen por parte de la institución,
pero nada más lejos de la realidad, porque la responsabilidad social del Colegio se debe a una
especial sensibilidad del profesional farmacéutico hacia la sociedad que le rodea y de la que
forma parte.
Desde siempre, el farmacéutico ha sido y sigue siendo el profesional sanitario más cercano a
la población, a sus necesidades farmacológicas, pero también a sus enfermedades, problemas
e inquietudes de toda índole.
El farmacéutico es mucho más que un mero dispensador de medicamentos y así lo he manifes-
tado en diversas ocasiones. Se preocupa por sus pacientes, quiere verlos sanos y fuertes. Les
aconseja sobre hábitos de vida saludable y se preocupa por informarse de las patologías que
no son conocidas para saber cómo abordarlas mejor desde la farmacia, entre otras muchas
funciones.
El paciente nos habla de su vida, de su familia, de sus amigos. Nos traslada con gran confianza
informaciones que tal vez muy pocos conozcan y lo hacen sabiendo de la confidencialidad y la
confianza que nos unen.
Gracias a eso sabemos, por ejemplo, si hay una situación de violencia contra la mujer. Y para
problemas como ese también nos formamos y nos preparamos. De hecho, el MICOF creó y
promovió un Protocolo de Actuación contra la violencia de género en la farmacia para detectar
posibles casos y ayudar a la víctima a saber cómo atajarlos.
Con todo ello demostramos que el Colegio, como representante de la profesión, no hace Res-
ponsabilidad Social Corporativa como institución sino como parte del ADN farmacéutico. Ha-
ciéndolo ayudamos a la población y eso es lo que nos motiva a seguir adelante con proyectos
así. Proyectos que se llevan a cabo gracias al apoyo mayoritario de nuestros Colegiados, a los
que agradecemos enormemente su respaldo continuo. n
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