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cuando LAS farmacias y de sulfato alumínico potásico
deshidratado pulverizándolos en
el mortero de piedra, les añadí el
eran boticas ácido cítrico disuelto en una onza
y seis dracmas de agua de lluvia, y
después las dos yemas de huevo,
ay personas que marcan únicamente de la calidad de las ma- y tras batirlo todo, empecé a incor-
nuestras vidas. En mi terias primas y del ajuste en sus do- porar lentamente, conforme había
caso, sin duda D. Geroni, sis, sino, ante todo, del buen hacer. visto hacer tantas veces a D. Ge-
Hel boticario del pueblo, lo A propósito de ello, un día me ense- roni, las cuatro onzas de manteca
fue. De él recuerdo su bonhomía, ñó una lección que jamás olvidaré. de vaca, una onza de trementina
su generosidad, su paciencia y de pino, y dos onzas y media más
buen carácter, de todo ello puedo Yo ya había dado muestras de mi de ceruma, que previamente había
dar fe, pues lo viví de cerca desde buena disposición y capacidad licuado con un calor muy suave,
que, siendo un chavalín de apenas como aprendiz, sabía los nombres trabajando toda la masa en el mor-
once años, me acogió en su botica. de todos los productos que mane- tero. D. Geroni, que me observaba,
Al principio, los encargos que me jábamos en nuestro obrador, em- me iba indicando: “muy bien, Boro,
asignaba, más que un trabajo eran pezaba a conocer sus propiedades lo más importante es que manejes
un juego, D. Geroni no me hizo car- y el uso a que se destinaban, pesa- la mano del mortero con suavidad
gar con morteros pesados, ni me ba y medía las cantidades reque- y firmeza, y, ante todo, siempre en
D. José Miguel encomendó tareas que superaran ridas con precisión, pero hasta la el mismo sentido, da igual que ha-
Nemesio Casabán. mis fuerzas. Sí, había que manejar fecha, aunque había macerado, fil- cia la diestra o hacia la siniestra,
Licenciado en Farmacia, algunos productos con sumo cuida- trado, molido, recolectado, hervido pero siempre igual, pues si no, se
con título de postgrado do, como cuando preparábamos el y decantado prácticamente todos cortará la masa y el empeño será
especialista en audiometría óleum scorpionum, que friccionado los componentes de los que dispo- inútil.”
y audioprótesis. sobre la vejiga ayudaba a miccio- níamos, nunca había completado
nar, y yo me encargaba de ahogar ninguna fórmula compleja, siem- Tras media hora de trabajo, y cre-
Colegiado de este Colegio los alacranes en aceite, pero para pre era D. Geroni el responsable de yendo concluida mi tarea, le pre- Al cabo de un rato, volví a presentar- El mundo se hundió a mis pies, y
desde 1980, y titular de mí, aquello no era trabajo, sino una su elaboración. Pero ese día, fuera senté el resultado de mis esfuer- le aquel engrudo que ya empezaba casi entre lágrimas, tuve que re-
oficina de farmacia en aventura excitante. porque iba haciéndose mayor y la zos. D. Geroni le acercó su nariz y a hartarme, y D. Geroni, nuevamen- conocer mi picardía, pero para mi
Torrente desde 1980. ejecución de alguno de los proce- me dijo: “todavía le falta un poco, no te lo olió con atención, tras lo cual sorpresa, D. Geroni no me riñó, an-
Miembro de la Comisión Con los años fui aprendiendo ha- sos le resultara penosa, o bien por basta con incorporar y mezclar, las insistió: “le falta un ligero olor a ajo tes bien, sonrió benevolente y me
de Servicios Culturales bilidades y asumiendo responsa- verme suficientemente preparado, sustancias deben estar en armonía para alcanzar el punto óptimo. Yo explicó: “Boro, no te entristezcas,
del MICOF. bilidades poco a poco, y es que D. me dijo: “Boro, hoy te vas a en- para que sus virtudes se sumen y me atreví a protestar: “le hemos hace casi cincuenta años, mi maes-
Geroni no solo me encomendaba cargar tú de preparar el ungüento ejerzan su efecto terapéutico. Si- añadido trementina de pino, ¿no en- tro me hizo pasar por esta misma
toda clase de tareas cada vez más de cloruro mercúrico compuesto gue trabajando la masa y recuerda, mascarará el olor a ajo?” Pero él me prueba, y puedo decirte que yo aña-
complejas, también se preocupaba (también llamado unguentum ex siempre en el mismo sentido.” Un replicó: “sí, para un olfato poco en- dí tres dientes de ajo más raudo de
por formarme impartiéndome co- Alderete, un antipsórico), ves to- poco decepcionado, continué dan- trenado, mas, el de un experto debe lo que tú lo has hecho. Sin embargo,
nocimientos teóricos y prácticos. mando todos sus componentes”. do vueltas al ungüento, y algo más percibir un leve rastro del aroma a no entiendas esto como una broma
Insistía mucho en que la bondad Y yo, emocionado mezclé las dos tarde volví a mostrarle el fruto de mi ajo.” Profundamente decepcionado pesada, en realidad es una ense-
de nuestras fórmulas no dependía dracmas de cloruro mercúrico labor. D. Geroni lo husmeó de nuevo torné a agitar aquel emplasto mi- ñanza. Nuestro trabajo es impor-
y me explicó: “para alcanzar el pun- serable al que ya empezaba a abo- tante y debemos ejecutarlo siempre
to de perfección debe percibirse un rrecer. En ese momento entró a la con corrección y sin buscar atajos,
leve olor a ajo. Insiste, y no lo olvi- botica una persona que requirió la eso es lo que nos distingue de otras
des, siempre en el mismo sentido. presencia del boticario, y tuve una profesiones por muy dignas que
Si por cansancio empiezas a girar la inspiración, rápidamente me esca- pretendan ser. Nosotros hemos de
masa a un lado y a otro, marearás pé a la cocina, cogí un diente de ajo esforzarnos siempre un punto más,
los componentes y se perderán sus y lo incorporé al mortero donde lo y recordar que somos hombres de
propiedades salutíferas.” Impre- machaqué con ahínco. Al poco lle- ciencia y no simples comerciantes.”
sionado por aquellas palabras per- gó D. Geroni, al que, triunfalmente
severé en mis esfuerzos, aunque volví a presentarle aquel potingue Dicho lo cual, esto me trae a la
estaba un poco desconcertado, yo despreciable. Mi maestro olfateó memoria que esta mañana he de
había visto a D. Geroni decenas de una vez más el mejunje, enarcó las impartirle una lección a Matías, mi
veces preparar aquella fórmula ma- cejas y me espetó: “Excelente, Boro, aprendiz y futuro sucesor. Por cier-
gistral, y él parecía dominar la técni- solo falta una cosa, ahora dale vuel- to, ahora voy a buscar una cabeza
ca sin agotarse, y en mucho menos tas al revés hasta que se le vaya el de dientes de ajo para dejarla como
tiempo obtenía el resultado. olor a ajo.” al descuido a la vista. n
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