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La dispensación de medicamentos
veterinarios: garantía de
profesionalidad y seguridad
jaime giner
presidente del micof
a correcta dispensación de los medicamentos dentro de un sector tan complejo como el sa-
nitario es un pilar fundamental para garantizar la salud de las personas y de los animales, así
como del medioambiente. Por todo ello, la dispensación de medicamentos de uso veterinario
len las farmacias, en lugar de su venta en clínicas veterinarias, es una medida imprescindible
para asegurar la seguridad, efectividad y trazabilidad de estos productos. No se trata solo de una
cuestión de legalidad, sino de garantizar el ejercicio profesional adecuado y de evitar riesgos para
la salud pública.
El farmacéutico es el profesional sanitario formado específicamente para la dispensación de medi-
camentos, incluidos los de uso veterinario. Su intervención garantiza que estos productos cumplan
con los controles de calidad establecidos, evitando falsificaciones que podrían poner en riesgo la
salud de los animales y, por extensión, de las personas. Además, su papel es clave en la correcta
información al usuario sobre la dosis y pauta de administración de estos medicamentos, reducien-
do así el riesgo de errores que puedan comprometer la eficacia del tratamiento o generar efectos
adversos.
Otro aspecto fundamental es el asesoramiento que brinda el farmacéutico en la dispensación de
medicamentos veterinarios. Su formación le permite informar al propietario del animal sobre po-
sibles interacciones con otros tratamientos, efectos secundarios y precauciones necesarias. Esta
atención personalizada previene complicaciones y refuerza la seguridad del tratamiento, optimizan-
do su eficacia y garantizando el bienestar animal.
Además, la dispensación en farmacia permite un control riguroso del precio de los medicamentos
veterinarios, evitando así posibles sobrecostes o desigualdades en el acceso a los tratamientos. De
esta manera, se garantiza que todos los propietarios de animales puedan adquirir los medicamen-
tos necesarios a un precio regulado y justo.
Por otro lado, la venta de medicamentos veterinarios en clínicas veterinarias vulnera la práctica pro-
fesional farmacéutica y supone un claro caso de intrusismo profesional. La legislación sanitaria es-
tablece de manera inequívoca que la dispensación de medicamentos debe realizarse en oficinas de
farmacia o en establecimientos específicos, pero siempre bajo la supervisión de un farmacéutico.
Permitir que los veterinarios vendan directamente estos productos extralimita sus competencias y
desvirtúa la función del farmacéutico como garante de la seguridad en el uso de los medicamentos.
Acompañaremos a los veterinarios en cualquier reivindicación que suponga una mejora de su prác-
tica profesional, pero no a costa de la nuestra.
Es fundamental que todos los profesionales sanitarios trabajemos con un objetivo común: la defen-
sa de la salud pública en su conjunto, lo que incluye la salud de las personas, de los animales y del
medio ambiente. Sin embargo, este trabajo conjunto debe realizarse respetando las competencias
y funciones de cada profesional, evitando intrusismos que puedan comprometer la calidad del ser-
vicio sanitario. Solo así podremos garantizar un sistema de salud eficiente y seguro, en el que cada
eslabón de la cadena cumpla su papel con el rigor y la profesionalidad que exige el cuidado de la
salud en todos sus ámbitos. n
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