Los efectos del virus del Zika sobre los embriones, en los que puede causar microcefalia, unidos a que el brote de la enfermedad se convirtió en una epidemia que afectó a 75 países entre 2015 y 2016, dio paso a una carrera entre científicos de todo el mundo por encontrar una vacuna para hacer frente a esta afección.

Desde entonces, han sido varios los anuncios del desarrollo de nuevas vacunas efectivas, aunque algunos expertos han señalado que la definitiva podría tardar varios años en salir al mercado. No obstante, los esfuerzos continúan adelante.

Ahora, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU) ha conseguido la primera evidencia de que una vacuna contra esta infección protege "de forma importante" a los fetos cuando la madre es vacunada antes de que comience la gestación, según explica uno de los principales autores del estudio, el profesor Michael S. Diamond, cuyos resultados se han publicado en la revista Cell.

Así, los científicos utilizaron un modelo animal, en ratones, para determinar que las crías de las hembras que habían recibido el tratamiento no mostraban ninguna huella del virus.

Estudio de dos vacunas

Para llegar a esta conclusión estudiaron dos vacunas en desarrollo que han mostrado ser efectivas: una que ya se está probando de forma segura en mujeres no embarazadas y en hombres, y otra evaluada por ahora sólo en animales, y que está basada en una forma debilitada del virus.

De este modo, administraron dos dosis de la vacuna o de un placebo a grupos de entre 18 y 20 hembras de ratón. Tres semanas después, midieron los niveles de anticuerpos en la sangre de los roedores para determinar su respuesta inmune, con lo que confirmaron que las dos vacunas obtenían altos niveles de protección contra el Zika, algo que no sucedía con el placebo.

Con el fin de simular la misma situación que vive una mujer embarazada cuando es picada por un mosquito transmisor del Zika, las ratonas fueron infectadas con el Zika en el sexto día de gestación. Una semana después volvieron a medir los niveles en la madre y en el embrión.

En aquellos casos donde se administró la primera vacuna, más del 50% de las placentas y los fetos no tenían ningún rastro de material genético del Zika. En el caso de la segunda vacuna, ésta mostró ser incluso más efectiva: el porcentaje de placentas sin vestigio del virus era del 73%, mientras que para los fetos ascendía hasta el 83%.

En aquellas hembras que fueron vacunadas con placebo, los niveles tanto en placentas como en embriones era entre "cientos y miles" de veces superior, señala el comunicado de la universidad en la que trabajan los investigadores.

El virus, que se suele transmitir por la picadura de mosquitos del género Aedesinfectados, también se puede contagiar por vía sexual. En estos casos el estudio no ha evaluado si las vacunas protegen al feto, así como si sería seguro administrar estos tratamientos durante el embarazo.

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