El trastorno obsesivo-compulsivo ocupa el décimo lugar entre las patologías más incapacitantes

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC en adelante) es una patología mental de curso crónico e invalidante con gran ansiedad en relación con obsesiones recurrentes y/o compulsiones que requieren al paciente gran cantidad de tiempo, o causan marcado malestar o deterioro significativo en el mismo. Según la OMS el TOC ocupa el décimo lugar entre las patologías más incapacitantes. Las cifras de prevalencia del TOC varían en función de la fuente consultada, pero podríamos decir que, en general, se considera que oscila entre el 2 y el 3% de la población general.

SÍNTOMAS DE TOC

Los síntomas de TOC vienen determinados por la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como no deseadas y que suelen causar ansiedad/malestar importante; y las compulsiones son comportamientos o actos mentales repetitivos que el sujeto realiza como respuesta a una obsesión con el objetivo de prevenir o disminuir la ansiedad/malestar o evitar alguna situación temida.

Ejemplos de ello podrían ser la necesidad de comprobar una y otra vez que una puerta está cerrada, aunque se tenga el convencimiento que esta puerta no se abre. En algunos casos la compulsión la realiza la persona con el convencimiento que eso calmaría la obsesión, aunque lo que se dé sea una actuación exagerada. O también lavarse exageradamente las manos, repetir palabras en silencio, abrir y cerrar puertas, revisar algo repetidas veces, contar números, guardar artículos innecesarios, o repetir pasos una y otra vez.

Algunas características que muestran los distintos tipos de trastornos obsesivo-compulsivos son que no están producidos por un consumo de drogas ni de medicamentos ni por una afección, que interfieren de una manera importante en su vida diaria (por el tiempo que se gasta atendiéndolas, porque interrumpen otros quehaceres, y por la vergüenza que se suele sentir cuando otras personas perciben los efectos del TOC), y que le causan a la persona una sensación de angustia.

¿QUÉ LO CAUSA?

Según la Sociedad Española de Psiquiatría parece ser que el TOC se debe a una alteración del equilibrio de un compuesto químico del cerebro, la serotonina; y el hecho de entender que el TOC es probablemente un trastorno neurobiológico ayuda a los jóvenes y a las familias a darse cuenta de que no es culpa del que lo padece.

El TOC afecta a persones de cualquier edad, pero según afirma la Sociedad Española de Psiquiatría, al menos la mitad de los adultos que son tratados por TOC lo padecían de niños, muchos de ellos sin recibir ayuda de ningún tipo; “esto es debido a que en su día se sintieron avergonzados por ello y no lo contaron a nadie” o porque no fue diagnosticado. Esta afectación suele tener una incidencia familiar.

TRATAMIENTO

El tratamiento ha de fundamentarse en las características individuales de cada persona (severidad de los síntomas, comorbilidad, personalidad, impacto de la patología…). Uno de los primeros objetivos ha de ser la reducción de la ansiedad para poder reducir la severidad de los síntomas obsesivo-compulsivos y disminuir la afectación funcional.

En cuanto al abordaje farmacológico, serían fármacos de primera elección los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), en dosis más altas y durante períodos más largos que en la depresión. Otros fármacos, como la clomipramina fue el primer agente que mostró beneficios en pacientes con TOC y también pueden utilizarse, si bien se desestiman habitualmente como primera elección, dados los potenciales efectos secundarios graves.

Aproximadamente el 70% de los pacientes pueden experimentar un alivio sintomático significativo con la farmacoterapia apropiada, por lo que hoy día se considera que el mejor tratamiento es la combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y fármacos.

En lo referente al abordaje psicoterapéutico, la TCC se complementa habitualmente con recursos como la entrevista motivacional y la psicoeducación. En niños y adolescentes se suelen prescribir ISRS como la fluvoxamina, fluoxetina y sertralina; y, además, en esta franja de edad, la terapia de grupo puede favorecer la adherencia al tratamiento.

Consulta con un profesional sanitario a la hora de abordar esta situación.

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