En esta etapa se pueden ofrecer consejos desde la oficina de farmacia sobre síndrome premenstrual e higiene íntima.

FUENTE: Correo Farmacéutico

La menarquia o primera menstruación que presenta la mujer (comúnmente llamada regla) suele aparecer alrededor de los 12 años (lo habitual es que ocurra entre los 10 y los 15). En este campo el farmacéutico -que es la figura sanitaria más próxima al ciudadano- “puede jugar un papel importante para informar sobre los diferentes productos de higiene femenina que existen, ofrecer consejo sobre cómo aliviar los signos y síntomas del síndrome premenstrual y los dolores menstruales, así como proporcionar información sobre educación sexual”, explica a CF Cristina Ridaura, vocal del COF de Valencia.

En esta etapa de la mujer, las primeras reglas suelen ser irregulares, con sangrados escasos y de color marrón. “Transcurridos unos 2 años tras la primera suelen durar entre 3 y 7 días, con un sangrado variable, y presentarse cada 28 días (se considera normal tener una regla cada 25-35 días)”, afirma Fernando Salazar, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela (Madrid).

¿Cuándo hay que preocuparse? Salazar recomienda acudir al ginecólogo si no se ha tenido la regla con 16 años y si se presentan los siguientes signos: “Menstruaciones abundantes (hipermenorrea) o largas (más de 1 semana), dolorosas (dismenorrea), la aparición de sangrados entre reglas o la presencia del llamado síndrome premenstrual”.
las hormonas

Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual es frecuente en preadolescentes y adolescentes. “Se trata de un conjunto de síntomas físicos y emocionales que aparecen a partir de la ovulación y desaparecen después de la regla. La causa son los cambios en los niveles de hormonas que se producen de forma natural durante el ciclo menstrual”, indica Salazar. Los expertos consultados por CF aconsejan explicar con antelación a las adolescentes los signos y síntomas típicos del síndrome premenstrual para que lo conozcan y, sobre todo, lo reconozcan.

“Hay síntomas de carácter emocional y físico, como cambios en el apetito y de humor repentinos, inflamación abdominal, sensibilidad en los senos y brotes de acné”, señala Ridaura. Añade que, para disminuir el dolor, desde la farmacia recomiendan practicar una actividad física aeróbica de forma regular, así como llevar a cabo actividades que mejoren los niveles de estrés, como el yoga, y hablar con amigos o familiares.

“También aconsejamos mantener una alimentación saludable, evitando bebidas carbonatadas con altas cantidades de azúcar, sal y cafeína. Es importante, además, dormir al menos ocho horas diarias”, asegura la vocal.

En estos casos, hay que tener en cuenta que el tratamiento debe ser individualizado, dependiendo de los síntomas y de la intensidad de los mismos, “y siempre bajo supervisión médica”, indica Salazar.

Cómo aliviar el dolor

Para aliviar el dolor menstrual, la vocal colegial sugiere aplicar calor seco en la zona con una almohadilla térmica o bolsa de agua caliente, darse un baño de agua tibia, recostarse y elevar las piernas con la ayuda de una almohada o doblar las rodillas hasta alcanzar el torso. Y el jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Sanitas La Zarzuela recuerda que existe la posibilidad de tratamiento médico con analgésicos (como paracetamol), antinflamatorios o buscapina, o con anticonceptivos hormonales. “Es importante evitar el consumo de aspirina, ya que puede aumentar el sangrado”, advierte el ginecólogo.

En esta etapa se pueden utilizar cualquiera de los métodos anticonceptivos disponibles en el mercado en función de las características de cada paciente. “Es importante recomendar el uso de doble método (preservativo y anticonceptivo del tipo que sea) para evitar las infecciones de transmisión sexual”, señala Mayte Sánchez Rubio, ginecóloga también de La Zarzuela. Recuerda que existen diferentes anticonceptivos que se pueden usar a partir de la menarquia: “Con estrógenos y gestágenos (orales, anillo vaginal y parche), sólo con gestágenos, minipíldora, implante (varilla de plástico que se coloca en el brazo a nivel subcutáneo) y dispositivos intrauterinos (DIU) de cobre u hormonal”, explica.

Tampones y copas también al principio

Los tampones se pueden emplear desde la primera regla y en la pubertad. “De hecho, se recomienda su uso porque, entre otras propiedades, fomenta un mayor conocimiento del propio cuerpo como parte de una educación sexual global. Además, a diferencia de la compresa, otorgan mayor libertad para realizar ciertas actividades”, explica Ridaura.

Para Salazar, la adolescente tiene que tener en cuenta que debe estar relajada y encontrar la postura adecuada para ponérselo: “A veces, si el sangrado no es muy abundante, puede ayudar poner un poco de lubricante”, dice. También señala que es importante realizar cambios frecuentes (no más de 6-8 horas), “y recordar quitarse el último”.

De cualquier manera, hoy en día existen otras opciones que las jóvenes pueden utilizar desde el comienzo de la menarquia: “Las copas menstruales son una innovación en este sector que es posible utilizar desde la primera menstruación y el inicio del periodo fértil. Su ventaja frente a los tampones es que se pueden usar hasta 12 horas continuadas, de manera que permite una mayor libertad en el día a día de la mujer y no requiere tanta atención por parte de la usuaria. Además, al ser reutilizable, minimiza el impacto medioambiental”, señala a CF la vocal del COF de Valencia.

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