El Colegio de Farmacéuticos adelantará las subvenciones a las farmacias con viabilidad económica comprometida. La cifra de boticas en dificultades ha ido disminuyendo de 85 (en 2017), a 78 (en 2018) y las 74 de la actualidad.

FUENTE: El Mundo

La situación de algunas farmacias en la Comunidad Valenciana vuelve a ser muy crítica y los augurios de una nueva desaceleración económica aún empeoran las circunstancias que viven estas oficinas cuya rentabilidad siempre se encuentra al límite.

En estos momentos existen un total de 74 oficinas consideradas de Viabilidad Económica Comprometida (VEC) o, según el criterio de la Generalitat Valenciana, con la acreditación de que no han tenido ingresos superiores a 200.000 euros.

Aunque la tendencia en cuanto al número de este tipo de farmacias ha sido a la baja en los últimos años, la nueva recesión en ciertos sectores del tejido industrial abre la puerta a que estas farmacias se queden de nuevo en la cuerda floja y dejen sin servicio a las zonas que cubren.

Hace un año, el número de farmacias de Viabilidad Económica Comprometida (VEC) se situaba en un total de 78 establecimientos. Una cifra que ya suponía una reducción del 8,2% con respecto a la registrada en 2017, cuando alcanzó las 85 farmacias. Y de nuevo, este año vuelve a reducirse el número, que se establece en 74 oficinas, de las que 37 corresponden a la provincia de Castellón, 21 a Valencia y 16 a la provincia de Alicante. La cifra de farmacias con dificultades económicas oscila en el 3% del total de farmacias abiertas en la Comunidad Valenciana.

PREOCUPANTE, EN CASTELLÓN

Las farmacias VEC de Castellón son Teresa, Geldo, Algimia de Almonacid, Bejís, Chóvar, Cinctorres, El Toro, Cirat, Vistabella del Maestrat, Gaibiel, Almedíjar, Fanzara, Puebla de Arenoso, Portell de Morella, Vall de Almonacid, Matet, Castellfort, Ares del Maestrat, Cortes de Arenoso, Aín, Alcudia de Veo, Zucaina, Pina de Montalgrao, Ludiente, La Mata, Benafigos, Vilar de Canes, Argelita, Espadilla, Zorita del Mestrazgo, Fuentes de Ayódar, Villamalur, Castillo de Villamalefa, Pavías, Torralba del Pinar, La Serratella y La Pobla de Benifassà.

Las boticas en situación crítica son tres en la ciudad de Valencia, Cotes, Salem, Castielfabib, Alfauir, Benisoda, Terrateig, La Yesa, Aielo de Rugat, Bufali, Benissuera, Segart, Vallanca, Manises, Vallés, Benagéber, Casas Altas, Sempere y Carrícola.

En Alicante son menos: Penàguila, Balones, Vall d'Ebo, la Alcoleja, Gorga, Dénia, Beniardá, Benasau, Vall d'Alcalà, la Facheca, Almudaina, Benifallin, Benillup, Benifato, Tollos y Benimassot.

Ante esta situación, la Junta de gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) aprobó hace unos días anticipar las subvenciones a las farmacias de Viabilidad Económica Comprometida (VEC). Esta iniciativa pretende dar un respiro económico a las farmacias VEC, al adelantar el MICOF la subvención de la Conselleria hasta que el proceso administrativo de tramitación de estas subvenciones concluya y la Conselleria pueda hacerlas efectivas.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, Jaime Giner, describió que la farmacia rural «garantiza con su presencia la equidad y universalidad en el acceso a la prestación farmacéutica, elementos básicos e irrenunciables de nuestro sistema sanitario público» e incidió en que una farmacia «no es solo un servicio de dispensación de medicamentos; ofrece una atención sociosanitaria (promoción de la salud, prevención de la enfermedad, seguimiento farmacoterapéutico, detección de efectos adversos de la medicación, detección precoz de enfermedades, derivación al médico...). Esta atención es importante en cualquier localidad, pero lo es mucho más en pequeños municipios, donde la farmacia es la primera puerta de acceso al sistema de salud y, en ocasiones, la única».

ALIVIO MOMENTÁNEO

El colegio pretende, con esta iniciativa, aliviar momentáneamente la situación económica ya resquebrajada por las continuas bajadas del precio de los medicamentos, la despoblación o los recortes que castigan con más fuerza a la farmacia rural que, hoy por hoy, aguanta a duras penas. «Sabemos que tenemos un problema estructural que tenemos que afrontar», argumentó Giner, quien en su hoja de ruta tiene previsto reunirse con el presidente de la Diputación de Valencia para abordar esta problemática.

«Es el momento de que las administraciones empiecen a mover ficha e intenten blindar ciertos servicios, ya que la escasa rentabilidad de los mismos lleva a su desaparición», indicó Giner. Esto ocurre también con los servicios de urgencias que, en población rurales, son vitales. «Si hoy por hoy es un servicio deficitario para cualquier farmacéutico, en el entorno rural es ruinoso», denunció el máximo representante de los farmacéuticos valencianos.

Otra de las reivindicaciones respecto a los servicios de urgencia de las farmacias se basa en que la Conselleria de Sanidad «se ponga a trabajar en la modernización de la legislación, tema pendiente desde que se firmó el nuevo concierto en julio de 2016», según aseguraron fuentes del Colegio de Farmacéuticos de Valencia.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas