Los colutorios son un aliado perfecto para la prevención de patologías tan comunes como la caries o la infección de las encías, y un apoyo imprescindible en múltiples procedimientos terapéuticos.

FUENTE: EFE Salud

Para hacer una correcta higiene bucodental capaz de eliminar eficazmente la placa acumulada, no siempre es suficiente con el cepillado. Por eso se necesita la ayuda de otros recursos, como los colutorios orales.

La Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) considera que “los colutorios pueden ser una herramienta preventiva y terapéutica muy útil en determinados casos”.

Así lo afirma la doctora Regina Izquierdo, periodoncista y directora de la revista “Cuida tus Encías”, quien reconoce que “son un aliado perfecto para la prevención de patologías tan comunes como la caries, la infección de las encías y un apoyo imprescindible en múltiples procedimientos terapéuticos”, aunque nunca deben sustituir la higiene bucal básica (cepillado+limpieza interdental).

Como explica la doctora Olalla Argibay, periodoncista y vocal de sensibilización de SEPA, “un cepillado adecuado 2 veces al día, higiene interdental 1 vez al día y el uso de colutorios con eficacia antiplaca y antigingivitis, suele ser la recomendación general para tener una buena salud bucal”.

Además, cada 3 meses se debe renovar el cepillo y cada 6 se debería hacer una visita al dentista o periodoncista.

El uso del colutorio

Como afirman desde SEPA, en los últimos años se ha observado una mejora progresiva de los hábitos de higiene bucodental entre los españoles.  El uso del colutorio es el que mayor crecimiento ha experimentado y aproximadamente el 40 % de la población los utiliza.

La combinación de este con el cepillado de dientes es la opción mejor aceptada, bastante por encima del uso de métodos de limpieza entre dientes (con hilo o cepillos interdentales), “que son realmente los más efectivos para eliminar la placa bacteriana en estas zonas de difícil acceso”, puntualiza la doctora Izquierdo.

Esto se debe a que “muchas veces los pacientes no son muy constantes con el cepillado, y el cepillado interdental les es muy difícil”.

Todo ello ha posibilitado el uso generalizado de los colutorios, aunque no siempre de la forma adecuada.

“La evidencia científica avala la alta eficacia de algunos antisépticos en el control del biofilm oral y la reducción del sangrado”, destaca la doctora Izquierdo, quien considera especialmente justificado su empleo en casos de “enfermedad periodontal y cuando existen evidentes limitaciones en las medidas de higiene rutinarias (cepillado + limpieza de espacios entre dientes)”.

Elegir el adecuado

Las principales diferencias entre los colutorios se encuentran en su composición y en su formulación, lo que hace que no todos sean igualmente efectivos a pesar de contar con los mismos componentes.

También se pueden establecer diferencias entre ellos teniendo en cuenta si contienen o no alcohol, pues estos no son bien tolerados por personas con mucosas frágiles o boca seca, dejando una sensación de irritación transitoria tras su uso.

Las propiedades básicas que debe reunir un colutorio son su eficacia, no provocar reacciones adversas, compatibilidad con la formulación de pastas dentífricas, y afinidad con las superficies dentarias y los tejidos, además de buen sabor.

Precauciones

Con todo, algunos colutorios no tienen más que una finalidad cosmética, es decir, no sirven más que para refrescar o dejar buen sabor de boca sin aportar ningún beneficio terapéutico.

Además, a veces se hace una mala utilización de estos, pues “muchos consumidores no son conocedores de sus propiedades terapéuticas y basan su decisión de compra en el sabor y el precio, y no tanto por la recomendación específica de su dentista”, advierte la doctora Izquierdo.

“Tampoco los suelen emplear en la dosis correcta ni durante los tiempos adecuados”, añade la doctora Gloria Calsina.  A su juicio, “existe un déficit de uso de colutorios bien indicados”.

Por ello, desde SEPA insisten en la importancia de emplear aquellos indicados por el dentista y que cuenten con evidencias  clínicas que avalen su eficacia y seguridad.

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