Los repelentes son una de las principales medidas preventivas frente a las enfermedades transmitidas por los vectores

Independientemente de lo molestas que puedan llegar a ser las picaduras de los mosquitos en verano, el verdadero problema derivado de este tipo de insectos son las enfermedades infecciosas que pueden transmitir.

Para prevenir sus picaduras, en la Farmacia Comunitaria podemos encontrar una gran variedad de productos antimosquitos, pero ¿cuál es el más eficaz? Las características que debe reunir el repelente ideal son: buena tolerancia -sin producir irritaciones en piel o mucosas-, resistencia al agua y al sudor, eficacia frente a diferentes mosquitos y duración superior a 8 horas -sin necesidad de aplicarlo de nuevo-. Sin embargo, ningún repelente de mosquitos engloba todas las características mencionadas anteriormente, por lo que debemos buscar la mejor combinación posible de las características anteriores.

¿Qué repelente de mosquitos me protege frente a…?

Los repelentes de insectos están disponibles en una amplia variedad de formas farmacéuticas y se clasifican según el origen del principio activo utilizado. En los últimos años, la popularidad de los repelentes de origen natural se ha visto incrementada. Aunque la mayoría son mejor tolerados que los sintéticos, no todos resultan eficaces a la hora de evitar las picaduras. Que los productos de origen natural sean mejor tolerados no quiere decir que los repelentes sintéticos sean tóxicos. Únicamente debemos tener precaución con las concentraciones utilizadas y con su aplicación en niños pequeños que puedan absorberlo a través de la piel. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) avala a través de diversos estudios, que el uso de estos productos es seguro.

Según su origen, podemos distinguir productos de origen sintético o natural:

1. Repelentes sintéticos

El DEET (dietil toluamida, también denominado N,N-dietil-3-metilbenzamida o N,N-dietil-m-toluamida), es el repelente de referencia, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que resulta eficaz frente a una gran variedad de insectos y arácnidos. El mecanismo de acción del DEET es camuflar nuestro olor corporal -actuando sobre sus receptores olfativos y químiorreceptores- para evitar que los artrópodos se sientan atraídos y como consecuencia de ello, nos piquen.

Los productos pueden variar sus concentraciones desde el 5% hasta el 99%, aunque concentración máxima eficaz de DEET en los productos repelentes es de un 50%. Una vez supera esta cifra, no aporta mayor beneficio. La concentración recomendada dependerá de la zona geográfica y del tipo de mosquito que la habita. En este sentido, para el mosquito tigre (Aedes albopictus) un 20% de DEET es suficiente y bien aplicado, y nos proporciona un efecto prolongado en el tiempo (6-13 horas). Además, se recomienda tener precaución ya que puede actuar como disolvente y desteñir la ropa (tejidos sintéticos).

¡Presta atención! Es importante relacionar las concentraciones del DEET con la edad para evitar intoxicaciones, ya que a altas concentraciones puede provocar prurito, irritación y erupciones en las zonas aplicadas.

  • En niños de entre 1 y 2 años se desaconseja su aplicación ya que existen alternativas más idóneas. Sin embargo, se debe valorar su uso en zonas donde el riesgo de transmisión de enfermedades por la picadura de insectos es alto.
  • En cambio, para niños entre 2 y 12 años se recomiendan concentraciones de hasta un 10% con la posibilidad de reaplicar hasta 3 veces al día.
  • Las embarazadas de segundo y tercer trimestre, así como madres lactantes, también lo pueden utilizar con seguridad. Sin embargo, se desaconseja el uso del DEET durante el primer trimestre de embarazo ya que este se absorbe con facilidad y puede suponer un riesgo para el feto.
  • A partir de los 12 años, las concentraciones de DEET recomendadas son de hasta el 30%, aunque en zonas endémicas esta cifra puede verse incrementada.

A diferencia del DEET, el icaridin (carboxilado de hidroxietil isobutil piperidina), es un derivado de la pimienta no tóxico, que no daña los plásticos ni tampoco los tejidos. Se utiliza en concentraciones de 10%- 20% para repeler tanto a mosquitos como a garrapatas y moscas. Son necesarias concentraciones superiores al 20%, cuando el objetivo es evitar las picaduras de algunas especies de mosquitos de los géneros Aedes, Culex y Anopheles. El efecto del icaridin, se prolonga durante aproximadamente 6 horas. Se recomienda el empleo de este principio activo en niños a partir de 2 años y en adultos.

2. No sintéticos:

La más conocida es sin lugar a duda la citronela (extraída de las plantas Cymbopogon nardusCymbopogon winterianus), un aceite esencial de origen vegetal que presenta un característico olor a limón. Su gran fama se debe a su baja toxicidad ya que no suele provocar reacciones adversas. Además, a partir de estas plantas también se extrae en menores proporciones el geraniol, utilizado bajo la misma indicación. Sin embargo, la protección que proporcionan tiene una duración muy reducida por lo que se debe reaplicar con mucha frecuencia.

Otro aceite esencial es el citridiol, obtenido a partir del eucalipto (Eucalyptus citriodora) con unos efectos y una duración equiparables a los conseguidos por otros productos con DEET al 20%, según se ha demostrado en varios estudios. Cuando alcanza una concentración del 30%, protege frente a mosquitos de los géneros Aedes, Culex y Anopheles durante 4-6 horas.

Es cierto que la piretrina (extraída de la planta Chrysanthemum cinerariifolium), más conocida como permetrina, es popular por su uso contra los piojos, aunque también se recomienda impregnar mosquiteras, ropa y superficies para repeler insectos. Pero, cuando se aplica en la ropa, es adecuado dejar secar durante 2 horas antes de utilizarla e incluso, es eficaz después de veinte lavados.

Por otro lado, el IR3535 (3-N-butil-n-acetil aminopropionato de etilo, con una estructura similar al aminoácido alanina) tiene una toxicidad baja -aunque se han notificado algunos casos en los que se presenta irritación ocular- y se recomienda su uso en niños de entre 1 y 2 años, así como embarazadas y madres lactantes. Protege frente a mosquitos, garrapatas y algunas moscas durante un corto periodo de tiempo.  En cualquier caso, siempre que no se viaje a zonas de riesgo, es un repelente adecuado.

Desde la Farmacia Comunitaria siempre se recomienda el uso del repelente de mosquitos como otro elemento indispensable para pasar el verano de forma segura y cómoda, tanto para protegerse frente a diversas enfermedades como para evitar la picazón típica de los mosquitos. Es por ello por lo que los farmacéuticos, como profesionales de la salud, son los más indicados a la hora de recomendar el repelente adecuado según la edad del paciente y el lugar donde se va a dar uso. Sumado a esto, es igual de importante seguir las indicaciones del producto, así como las recomendaciones del centro de referencia de vacunación y prevención de enfermedades, ya que, en conjunto con los repelentes de mosquitos, ejercen una protección muy amplia.

 

FUENTES:

  1. Prevenir las picaduras de mosquitos. Centre for Disease Control and Prevention.
  2. Enfermedades transmitidas por vectores. Organización Mundo de la Salud (OMS).
  3. Skin-applied repellent ingredients. United States Environmental Protection Agency (EPA).
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