María Luisa Bertomeu, nuestra vocal de Dermofarmacia, nos explica en Tododermo CF las diferencias entre cremas hidratantes y emolientes

FUENTE: Correo Farmacéutico.

Una crema emoliente y una hidratante tienen un objetivo común: tratar la piel seca. Las hidratantes se utilizan para aportar agua a la piel y recobrar la humedad. Pero las emolientes tienen un uso añadido: son un plus de hidratación recomendado para las pieles con sequedad extrema, a menudo con alguna enfermedad cutánea, como dermatitis atópica, ictiosis, psoriasis, eczemas y dermatosi,s que cursen con xerosis y prurito. En la psoriasis tienen un papel fundamental por su acción suavizante, antiprurítica y coadyudantes en la fototerapia.

ACTIVOS CONTENIDOS EN LOS EMOLIENTES
Los activos que permiten calmar estas pieles son, como señala Gemma Márquez, dermatóloga de la clínica Iderma, en Barcelona, el lactato de sodio, la urea, la alantoína y los aminoácidos especiales, entre otros.

"Cuando hay un brote de alguna de estas patologías, se aplica un corticoide como tratamiento. Después se extienden por toda la piel las cremas o lociones emolientes, que evitan nuevos brotes", explica María Luisa Bertomeu, vocal de Dermofarmacia del COF de Valencia.

"Se suelen emplear en todo el cuerpo, pero sobre todo incidiendo en las áreas críticas de la enfermedad", agrega Márquez.

NO NECESARIOS EN PIELES SANAS
Los emolientes aportan un extra de hidratación que no necesitan las pieles sanas, para las que va mejor una hidratante.

"Las personas con piel seca o mujeres con la menopausia sí las pueden usar", explica Bertomeu. De la misma opinión es Márquez: "Si se trata de una piel sin afecciones puede bastar con una simple hidratante diaria y, ante la duda, siempre es mejor consultar al dermatólogo".

TIPOS
En el caso de pieles con alguna patología se debe tener en cuenta el tipo de emoliente recomendado. Márquez explica que hay dos tipos:

1. Los emolientes hidrófilos: se caracterizan por su acción hidratante.

2. Los lipofílicos: mantienen el agua unida al estrato córneo por la formación de una emulsión oleosa.

En la actualidad, "hay más demanda hacia emolientes fluidos, de rápida absorción, menos viscosos y menos grasosos", reconoce.?

EFECTOS ADVERSOS
A la hora de aplicarlo, Márquez recomienda hacerlo después del baño, ya que penetran mejor. "Pueden usarse una o varias veces al día, dependiendo de cada paciente", recuerda la dermatóloga.

Pero no todo son siempre beneficios. La vocal advierte de los posibles efectos indeseados del producto, como la irritación de la piel, particularmente frecuente en dermatitis atópica.

"Ciertos emulsificantes, como el lauril sulfato de sodio, son irritantes, especialmente en concentraciones mayores a 1 ó 2 por ciento", indica Bertomeu.

También hay que tener cuidado con la caducidad del cosmético. "Al abrir un emoliente, éste entra en contacto con factores externos que pueden deteriorarlo. En los envases viene indicado el periodo después de la apertura, que indica los meses que podemos seguir usando el emoliente en perfectas condiciones tras su apertura", recuerda Márquez.

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