La transferencia de anticuerpos contra SARS-CoV-2 de la madre al neonato, hecho que aún se está estudiando, podría suponer una protección a través de la vacunación materna.

FUENTE: Diario Médico

La vacunación materna frente a enfermedades infecciosas como el tétanos o la tos ferina ha demostrado extender su protección al neonato. Conocer si un efecto similar podría alcanzarse con la inmunización de gestantes sería muy útil a la hora de planificar campañas de vacunación. De momento lo que sugieren recientes estudios es que las madres seropositivas pueden transferir a sus recién nacidos anticuerpos frente al SARS-CoV-2, principalmente a través de la placenta. Todavía se desconoce cuánto puede durar esa eventual protección inmunitariasi es posible reproducirla mediante la vacunación en las gestantes.

Los pocos datos que se van recabando proceden de estudios como el que acaba de presentarse en la última reunión (telemática) anual de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal y donde se confirma la transmisión transplacentaria de anticuerpos frente al nuevo coronavirus. Como destaca la autora principal del trabajo, Naima Joseph, de la Universidad de Emory, “lo interesante de este estudio es que incluso si una mujer era asintomática, aún desarrollaba niveles altos de anticuerpos IgG y anticuerpos neutralizantes frente a covid-19”.

El estudio es una investigación limitada, que analizó muestras de sangre materna y de cordón umbilical de 32 parejas de madre-neonato, en las que la mujer había dado positivo por covid-19 durante el embarazo.

Todas las muestras se sangre contenían anticuerpos IgG y el 94% también presentaba anticuerpos neutralizantes; estos estaban presentes en el 25% de la sangre de cordón umbilical, donde también se encontraron anticuerpos IgG en el 91% de las muestras analizadas. No se registraron diferencias, en cuanto a los niveles de anticuerpos, entre las madres sintomáticas y asintomáticas, aunque todas las muestras de sangre de cordón con anticuerpos IgM detectables eran de mujeres con síntomas.

No obstante, la investigación aprecia que en general los niveles de anticuerpos transfereidos no son muy elevados. "Una de las principales formas en que se protege a los bebés de las infecciones es a través de los anticuerpos recibidos en el útero, por lo que, independientemente de que una mujer estuviera asintomática o no, habríamos esperado ver un mayor porcentaje de anticuerpos transferidos de la madre al bebé, especialmente los anticuerpos neutralizantes ", dice otra de las primeras autoras del estudio Martina L. Badell, profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory. "El siguiente paso es comprender por qué la transferencia de anticuerpos es diferente en la infección por covid-19 de otras infecciones y si la transferencia de esos anticuerpos aumenta cuando vacunamos a una mujer embarazada".

Este no ha sido el único estudio que muestra que las madres seropositivas transfieren anticuerpos. En una investigación publicada en JAMA Pediatrics, los investigadores hallaron la presencia de anticuerpos IgG en sangre del cordón umbilical en un 87% de neonatos de las madres seropositivas. De nuevo la transferencia se produjo entre mujeres con infección sintomática y asintomática.

El estudio se realizó en más de 1.400 parejas de madres y recién nacidos en un hospital de Pensilvania entre abril y agosto de 2020. Un 6% de las mujeres (83) tenían niveles detectables de anticuerpos IgG o IgM en el momento del parto, al igual que la mayoría de los bebés nacidos de madres seropositivas (72 de 83).

Los bebés nacidos de madres con niveles muy bajos de IgG fueron seronegativos al nacer, pero se produjo una transferencia transplacentaria independientemente de la presencia de síntomas en la madre o de la gravedad de la enfermedad. De hecho, la mayoría de las mujeres seropositivas (50 de 83 [60%]) eran asintomáticas; un dato que, por cierto, coincide con el observado en la serie de la Sociedad Española de Neonatología (SENEO).

Los autores del estudio estadounidense, coordinados por Scott E. Hensley, de la Universidad de Pensilvania, y por Karen M. Puopolo, del Hospital Infantil de Filadelfia, afirman sobre estos hallazgos que “demuestran el potencial de los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 derivados de la madre para brindar protección neonatal".

Vacunación en el segundo trimestre

Al respecto, Flor M. Munoz, de la Facultad Baylor de Medicina, en Houston, escribe, en un editorial en JAMA Pediatrics, que "si bien las tasas de transferencia transplacentaria pueden variar, es tranquilizador que la infección materna, ya sea sintomática o asintomática, dé como resultado una producción de anticuerpos suficiente para una transferencia eficaz de anticuerpos transplacentarios a los recién nacidos de madres infectadas, porque la vacunación materna podría hacer lo mismo".

La científica esgrime, a tenor de los datos aportados en este estudio que "la vacunación materna a partir del segundo trimestre de gestación podría ser óptima para lograr los niveles más altos de anticuerpos en el recién nacido".

Hay muy poca información sobre el efecto de la vacunación frente a SARS-CoV-2 en embarazadas. De hecho, en los ensayos pivotales sobre las inmunizaciones que ya están aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento no se incluyeron a gestantes, y a falta de más datos, las autoridades sanitarias recomienden retrasar la vacunación al final del embarazo, salvo en situaciones de riesgo de complicaciones por contraer la infección o por una alta probabilidad de exposición al virus.

En esos casos, se propone una valoración individualizada. En ello coinciden las diferentes sociedades científicas que han elaborado documentos al respecto. Para muestra, las recomendaciones alcanzadas por la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme): ”A la espera de la obtención de más datos y en base al principio de precaución, no debe proponerse la vacunación generalizada a las mujeres embarazadas en esta primera etapa de la estrategia de vacunación. A medida que se disponga de más información en cuanto a seguridad y eficacia, se irán modificando las recomendaciones. Puede administrarse la vacuna solo a una paciente embarazada que por sus condiciones concomitantes tuviera un riesgo individual de complicaciones por COVID19 muy elevado, tras decisión voluntaria e informada de la embarazada en función de su propio balance beneficio-riesgo individual”.

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