La pandemia ha supuesto un empujón histórico para la ciencia y la investigación médica y concretamente para la tecnología ARN mensajero. Utilizada en las vacunas de Pfizer y Moderna podrá abrir nuevas puertas promisorias para el tratamiento de otras dolencias como el cáncer

FUENTE: EFE Salud

Y aunque no se puede hablar de una sola vacuna, porque el cáncer no es una infección, sí podría facilitar diferentes vacunas o tratamientos específicos para determinados cánceres.

Baste recordar que detrás de esta tecnología se encuentra un matrimonio de científicos turcos, Ugur SahinOzlem Tureci, que antes de la pandemia ya dirigían sus investigaciones con ARN mensajero al sistema inmunológico para luchar contra el cáncer.

Así lo han expuesto los doctores Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncologia Médica (SEOM)Luis Paz-Ares, presidente de la Asociación Española de Investigación contra el Cáncer (ASEICA).

En rueda de prensa telemática con motivo del Día Mundial de la Innovación, ambos especialistas han puesto de manifiesto como el desarrollo de la medicina personalizada y de precisión está suponiendo una revolución en el día a día de la atención a los pacientes con cáncer.

Y lo que es más importante, la evolución que tendremos será cada vez, afortunadamente mejor, gracias al avance de la investigación, especialmente en el terreno de la genómica.

Ello ha supuesto, han explicado en lenguaje coloquial, que se han descubierto los “apellidos” de muchos tumores y los fármacos específicos para cada uno, evitando otros tratamientos más invasivos o generalistas.

Otras tecnologías prometedoras

Se abre un campo prometedor basado en las tecnologías moleculares que podrían permitir hacer un diagnóstico muy precoz de esta enfermedad.

Así han explicado que el desarrollo de técnicas de análisis genético y los descubrimientos de los últimos 10 años, juntamente con el desarrollo de otras técnicas como la biopsia liquida, permitirán adelantarse al diagnóstico de esta enfermedad años antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Pero no esperamos “una penicilina” que cure todos los cánceres, ha indicado Luis Paz-Ares.

“Lo que vamos a hacer es investigar de manera personalizada cada cáncer para tratar de tener una solución innovadora para cada subtipo dentro de cada subtipo de cáncer”.

“Hace años la supervivencia al cáncer a los 5 años estaba en el rango del 30-35 %; afortunadamente, hoy en nuestro país está ya más cercano al 60 %”

Y los cambios, ha apuntado Álvaro Rodríguez-Lescure, son “casi diarios”.

“Ha habido un cambio de cultura de aproximarse a la enfermedad de otra forma, un cambio desde abajo, desde la investigación más básica a la clínica, porque hay nuevos modelos de investigación clínica”.

Son, ha añadido el presidente de SEOM, “pequeñas victorias, pequeñas sumas”.

“Cada año tendremos nuevos avances, sin duda, aunque sigue habiendo tumores donde los progresos han sido prácticamente nulos, y esto también es otra realidad. No hay que perderlo de vista, hay mucho por hacer”.

Lo que hace falta

Pero para que la investigación alcance todo su potencial, han coincidido ambos, son necesarias políticas activas que promuevan su mejora e implantación de forma rutinaria en el diagnóstico de los pacientes.

También es necesario sentar las bases para que esta nueva forma de hacer medicina se haga de forma equitativa y plenamente accesible a todos los pacientes.

Para ello, han defendido, se necesitan estrategias firmes de las autoridades centrales y autonómicas, así como una financiación acorde que apoye la investigación en este campo y su aplicación al entorno clínico.

“Incorporar a la cartera de servicios de nuestro sistema nacional de salud la innovación farmacológica, la información diagnóstica del biomarcador asociado y la atención a los pacientes con el fármaco concreto hace que el sistema sea mucho más eficiente, más sostenible y el tratamiento más preciso y menos tóxico”.

En este contexto, el presidente de ASEICA ha señalado que todo ello “no quiere decir que en España no se haga, pero lo que no se hace es tener un plan coordinado como hay en otros países que, francamente, ha sido de mucha ayuda para lograr transferir esta innovación en condiciones igualitarias a los pacientes”.

También Paz-Ares ha defendido que el acceso  a la medicina personalizada “tiene que ser equitativo, independientemente de dónde viva o el hospital que trate al paciente”.

Y esto “exige más investigación, una organización específica del trabajo y medidas que favorezcan su acceso a todos los pacientes”.

Cáncer, planes estratégicos

Para ello, el desarrollo de la medicina de precisión requiere una estrecha colaboración intersectorial de diferentes actores como científicos y sus sociedades científicas, los oncólogos clínicos y el concurso tanto del Ministerio de Sanidad como de todas las comunidades autónomas.

“Ello debería traducirse en planes estratégicos nacionales que fomenten su implementación en condiciones de equidad plenas en todo el territorio nacional”, ha recalcado  el presidente de SEOM.

Como punto positivo de arranque, hay que celebrar que la medicina personalizada ha sido reconocida como realidad y necesidad por parte de la nueva Estrategia Nacional de Cáncer del Sistema Nacional de Salud.

Sin embargo, visto lo visto con estrategias previas, “es muy importante que se consiga que estos deseos se acompañen de medidas activas para conseguir su implantación efectiva”, ha defendido el presidente de ASEICA.

También ha recordado que apenas hay investigadores en la franja de edad joven y media, porque les resulta casi imposible por la falta de apoyo y financiación.

Además ha apuntado que aunque la investigación clínica oncológica española tiene mucho prestigio, hay un desequilibrio en favor de la que  respalda la industria farmacéutica.

En España se diagnostican cerca de  280.000 casos de cáncer  al año, lo que causa unos 130.000 fallecimientos y se estima que uno de cada dos varones, una de cada tres mujeres tendremos cáncer a lo largo de nuestra vida.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas