Con la llegada del calor, os informamos sobre las diferentes picaduras que podemos sufrir, posibles reacciones y la forma de tratarlas

Durante los meses de verano el calor puede resultar agobiante, especialmente en las zonas del país donde las temperaturas suben escandalosamente y, como es lógico, dejamos en el armario las prendas largas para ir más frescos. Sin embargo, esto tiene un precio, ya que los diferentes insectos, arácnidos u otros animales pueden picarnos con más facilidad en la piel expuesta.

¿Qué bicho me ha picado?

Las picaduras son uno de los grandes inconvenientes que, en ciertas ocasiones, pueden incluso suponer un riesgo para la salud dependiendo del insecto, arácnido u otro animal, así como según la persona a la que pique, muerda o provoque lesiones.

Entre las diferentes posibilidades que se pueden dar, es posible que distingamos cuando nos ha picado una avispa o una medusa, ya que son situaciones fáciles de visualizar -la avispa habrá revoloteado a nuestro alrededor hasta picarnos, mientras que en el mar es fácil que identifiquemos el picor provocado por una medusa-; sin embargo, cuando pican arañas o pulgas puede llegar a ser más complicado identificarlas.

A continuación, os detallamos cómo son las picaduras de los “bichos” más activos durante el verano y, sobre todo, durante nuestras vacaciones:

  • Avispas y abejas: cuando pican las abejas el aguijón queda incrustado en la herida seguido de su abdomen, lo que provoca la muerte del insecto. Mientras que la avispa, a diferencia de las abejas, puede picar varias veces seguidas sin morir. Estos insectos inoculan veneno provocando que las picaduras sean dolorosas y se caractericen por una reacción local eritematosa y prurito, aunque rara vez provocan sobreinfecciones bacterianas o celulitis. Frecuentemente las avispas provocan reacciones alérgicas, pueden llegar a considerarse graves cuando hay picaduras múltiples (más de 50) o en menor cantidad si son en el rostro.
  • Mosquitos, mosca negra y tábanos: son hematófagos, es decir, que succionan sangre y aunque no inoculan veneno su saliva es tóxica. Cuando pican, producen pápulas con prurito que pueden desaparecer en un par de días. Algunas personas pueden desarrollar hipersensibilidad, que normalmente afecta a las personas que han tenido mononucleosis (virus de Epstein-Barr).
  • Pulgas: estos parásitos hematófagos provocan picaduras que podemos localizar en tobillos y piernas, donde se forman pápulas que provocan picores.
  • Chinches: las chinches suelen picar por la noche, formando pápulas voluminosas con prurito central y reacción inflamatoria.
  • Arañas: introducen veneno cuando muerden lo que provoca edema, reacción cutánea local, de color violácea, hemorrágica y acompañada de dolor. Afortunadamente, la mayoría de las arañas en nuestro país no son peligrosas.
  • Garrapatas: se adhieren a la piel y aproximadamente 10-12 días están ingurgitadas para después desprenderse. Inicialmente las picaduras no provocan dolor, aunque evolucionan a pápulas eritematosas.
  • Medusas: las lesiones son producidas por los tentáculos que desprenden veneno y que provocan sarpullido papuloso con dolor intenso pulsátil y sensación de quemazón, puede dejar cicatriz.
  • Pez araña: durante el baño puedes clavarte una de las espinas dorsales de un pez araña, que inocula veneno, aunque este presenta más riesgo si se inocula en el cuello o vaso sanguíneo. Se caracteriza por producir un dolor muy fuerte.
  • Escorpiones: suelen provocar picaduras autolimitadas, sin embargo, pueden desencadenar reacciones anafilácticas y reacciones tóxicas.

 

Posibles reacciones

Como hemos comentado, las picaduras pueden suponer un riesgo para la salud por los síntomas que pueden provocar:

  • Reacciones locales: consiste en una inflamación en la zona de la inoculación (aproximadamente de 10cm) en la que pueden aparecer pápulas eritematosas, las cuales producen picor y dolor con una duración de máximo 7 días.
  • Reacciones locales extensas: pueden estar mediadas por IgE (un tipo de anticuerpo), aunque generalmente son limitadas y no resultan graves. A medida que se generan nuevas picaduras, la persona está más sensibilizada, por lo que se generan reacciones más extensas. Habitualmente estas reacciones incrementan el tamaño de la lesión entre las primeras 24-48 horas y se resuelven alrededor de los 10 días.
  • Reacciones alérgicas sistémicas: existen diferentes factores que influyen, como la exposición previa a las picaduras, la gravedad de la reacción, la cantidad de veneno inoculado, las características de la persona o los tratamientos farmacológicos obtenidos del médico. Están mediadas por IgE y son de evolución rápida, es decir, que en pocos minutos se genera una reacción urticaforme seguida de síntomas respiratorios (sibilancias y/o disnea) y cardiovasculares (palpitaciones, hipotensión, síncope y convulsiones).
  • Reacciones tóxicas: son peligrosas al ser provocadas por múltiples picaduras. Los síntomas más habituales son náuseas, vómitos, fiebre, cefalea, hipotensión, síncope, diarrea y convulsiones.

 

Correcta actuación frente a las picaduras

A veces, a pesar de todas las medidas de prevención que seguimos, no podemos evitar que nos piquen. En estos casos, es posible que, con las prisas y nervios, aunque sea con buena intención, cometemos errores básicos al dar rienda suelta a nuestra imaginación y que debemos evitar a toda costa:

  • No te apliques barro o saliva sobre la picadura, puedes infectarla.
  • Evita rascarte la picadura.
  • No succiones la herida, esto puede ocasionar que parte del veneno se absorba si tienes alguna lesión en la boca. Además, en el caso de las abejas puedes clavarte el aguijón.
  • No hagas una incisión sobre la picadura, podrías hacer que el veneno se extienda y se infecte más.

Una vez realizadas las actuaciones frente a una picadura, es imprescindible permanecer atentos a los posibles signos y síntomas que pueden evolucionar tras la picadura ya que, aunque a simple vista parezcan picaduras simples, estas pueden evolucionar y poner en peligro la salud de la persona. En cualquier caso, será preciso derivar al médico cuando sean niños menores de 2 años; cuando la duración de los síntomas sea superior a los 10 días; cuando haya hipersensibilidad; y en situaciones especiales como las picaduras de garrapata o escorpión. Además, entre las causas también se debe prestar atención a los síntomas cuando la persona muestra signos de infección en la zona, cuando haya picaduras múltiples (más de 50) o en la cara o en personas con historial de hipersensibilidad. Asimismo, si se identifican síntomas de reacción que afectan a otros órganos/tejidos distantes de la zona de la picadura/mordedura como fiebre (más de 48h o >38ºC), síntomas generales (malestar general, confusión o somnolencia), dificultad para respirar o hipotensión, es imprescindible acudir a emergencias. El servicio de urgencias (112 o 061) puede realizar técnicas de reanimación cardiorrespiratoria (RCP) si fuera necesario.

Recuerda que durante el verano las farmacias permanecen abiertas como en cualquier otra época del año por lo que, si te surgen dudas o no sabes cómo actuar, tienes a tu farmacéutico a tu lado para aconsejarte. Disfruta de este verano con seguridad y… ¡que no tengas que volver a leer este blog!

 

FUENTE

  1. Faus Dáder M.J., Gómez Martínez J.C., Martínez Martínez F. Protocolos de Indicación Farmacéutica y Criterios de Derivación al Médico en Síntomas Menores. Granada, 2018.
  2. Mayol Canals Ll. Lesiones producidas por insectos, arácnidos y anfibios.
  3. Consultas pediátricas frecuentes en la farmacia comunitaria. Guía práctica de actuación. Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) y Asociación Española de Pedriatría y Atención Primaria (AEPAP).
  4. Manejo práctica de las picaduras de insecto en Atención Primaria. Revista pedirátrica Atención Primaria, publicación oficial de la Asociación Española de Pedriatría y Atención Primaria (AEPAP). 2015: vol 17- num 66.
  5. Picaduras de insectos. Fisterra. Guías clínicas, 2016.
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