La doctora Sonia Janneth Hincapié, oftalmóloga especialista en cirugía plástica de párpados y vías lagrimales del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), explica las técnicas empleadas frente a una de las enfermedades más frecuentes que afectan al ojo

Fuente: La Razón

1. ¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes que afectan al ojo?

Aquellas relacionadas con los problemas refractivos como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia, seguidas de los trastornos relacionados con el ojo seco, el lagrimeo y las cataratas, entre otras.

2. ¿A qué se debe el lagrimeo? ¿Por qué se origina esta patología tan frecuente?

El lagrimeo tiene múltiples causas, entre ellas el ojo seco, una mala posición de los párpados o de las pestañas, las pestañas supernumerarias, los cuadros alérgicos e inflamatorios oculares y la obstrucción de la vía lagrimal. Esta última es una de las razones más frecuentes de lagrimeo o del llamado ojo lloroso en los adultos, y que se da principalmente en mujeres.

3. ¿A partir de qué edad suele producirse la obstrucción de la vía lagrimal?

Existen dos tipos de obstrucción de la vía lagrimal según los grupos de edad: la obstrucción congénita, que se presenta en niños de entre cero y un año de edad, y la obstrucción de la vía lagrimal del adulto, que aparece por la oclusión del conducto que drena la lágrima desde los ojos hacia la nariz y que suele ocurrir en mayores de 50 años, principalmente en mujeres.

4. Además del lagrimeo u ojo lloroso como lo denominan algunos pacientes, ¿qué otros síntomas se tienen cuando el lagrimal está obstruido?

El síntoma más común de la oclusión de la vía lagrimal es tener permanentemente el ojo lloroso. Cuando hay demasiada lágrima acumulada en el ojo, esta rebosa y cae por la mejilla ocasionando el tan frecuente y molesto lagrimeo, suele ocurrir tanto en el interior de la vivienda como en exteriores y aumenta cuando hay viento o hace frío. Existen otros síntomas asociados como dificultad para leer, presencia de legañas en la mañana al despertarse y conjuntivitis frecuentes. En ocasiones, cuando la obstrucción persiste, la lágrima se acumula en el saco lagrimal y se infecta ocasionando dolor e hinchazón en la parte interna del ojo, lo que conocemos como dacriocistitis aguda, en cuyo caso requiere tratamiento antibiótico.

5. ¿Cómo se trata? Y, en caso de cirugía, ¿hay diferencia en cuanto a la intervención por tratarse de una mala posición de los párpados o de las pestañas, por ejemplo?

El tratamiento del lagrimeo u ojo lloroso depende del motivo que lo causa y por ello la valoración por parte de un oftalmólogo permitirá descartar si este se debe a una mala posición del párpado o de las pestañas, en cuyo caso el tratamiento estará enfocado en la recolocación del párpado mediante una cirugía palpebral; si se debe a ojo seco deberán instaurarse las medidas de tratamiento para la sequedad ocular; o si por el contrario ocurre por una obstrucción del conducto lagrimal. Esta última se diagnostica por el oftalmólogo experto en vías lagrimales mediante la exploración de la vía lagrimal, que permite detectar la oclusión del drenaje de la lágrima desde el ojo hacia la nariz. El tratamiento es quirúrgico mediante una dacriocistorroinostomía, que hoy en día puede realizarse vía endoscópica a través de las fosas nasales, evitando con ello cicatrices externas y antiestéticas, acortando el tiempo de recuperación y con la posibilidad de tratar en la misma intervención problemas nasales que favorezcan la obstrucción de la vía lagrimal.

6. ¿Qué porcentaje de éxito tiene esta técnica quirúrgica?

Entre un 90 y un 95%. Es un porcentaje muy parecido a la dacriocistorrinostomía externa, con la ventaja de ausencia de cicatriz, menos molestias tras la intervención quirúrgica y una recuperación más rápida si se realiza por profesionales expertos en este tipo de cirugía.

7. ¿Cuáles son los riesgos o posibles complicaciones de la intervención?

En general entraña pocos riesgos reales si se realiza por personal entrenado en esta técnica quirúrgica. Los más comunes están relacionados con el tipo de anestesia empleada. Raramente puede ocurrir un leve sangrado por la nariz que mejora con medidas locales.

8. ¿En qué porcentaje de casos es realmente necesario realizar una cirugía del ojo lloroso?

Siempre que se compruebe que la causa del lagrimeo en cuestión es la obstrucción del conducto lagrimo-nasal el tratamiento será quirúrgico mediante la dacriocistorrinostomía. Hablando de otra causa del lagrimeo, el ojo seco es también un motivo de consulta frecuente en Oftalmología.

9. ¡Ah!, eso lo desconocía, parecen antagónicos. Y en cuanto al ojo seco, los oftalmólogos siempre recomiendan utilizar gotas. Pero, ¿se pueden usar estas lágrimas artificiales de por vida sin que el ojo se vea dañado?

En cuanto al tratamiento del ojo seco existen múltiples alternativas, entre ellas las lágrimas artificiales y los corticoides, estos últimos no deben usarse de forma permanente por los efectos secundarios que originan.

10. Además de gotas, ¿hay alguna otra solución (ejercicios oculares o fármacos)?

Sí, existen otras soluciones conservadoras como el tratamiento del ojo seco con láser de luz pulsada que mejora la cantidad y la calidad de la lágrima sin efectos secundarios, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pacientes en una enfermedad tan frecuente en nuestro medio e incrementada por el uso de las PVD (pantallas de visualización de datos). Existen otros soluciones que deben ser personalizadas según el tipo de ojo seco que padece el paciente, sin olvidar los hábitos de vida saludables que pueden contribuir al tratamiento en cuestión.

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