Si no tratamos las caries de los dientes de leche, esta puede extenderse a otros dientes, incluso a los definitivos que aún están en el interior de la encía.

Fuente: 20 Minutos

Tener caries es un problema habitual entre los niños y, pese a lo que suele pensarse, también puede aparecer en los niños más pequeños, cuando aún no han cambiado los dientes de leche. Como los dientes de leche terminarán cayéndose y saldrán los definitivos, muchos padres piensan que no hace falta tratarlos en caso de tener caries.

Sin embargo, esto es un error, pues es importante que los dientes estén sanos en cualquier época de la vida.

¿Por qué sí hay que tratar las caries de los dientes de leche?

Las caries de los dientes de leche hay que tratarlas igual que trataríamos las de una pieza dental definitiva, aunque quede poco tiempo para renovar la pieza. Y es que, como advierten desde Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), las caries causan dolor, y ese dolor puede provocar que a los niños les cueste masticar y que incluso coman menos de lo que deberían, con las consecuencias que esto puede tener para su salud en plena etapa de crecimiento.

Además, una caries no deja de ser un foco de infección que, de no tratarlo, puede, no solo destruir el diente por completo y hacer que se caiga antes de tiempo, sino que puede afectar a las piezas colindantes e incluso a los que están por salir a través de la encía. Si la caries progresa por la raíz, creará una bolsa de pus que afectará al diente permanente, que podrá salir con malformaciones, manchas o lesiones secundarias a la infección.

Por otro lado, un diente que se cae antes de tiempo, puede dar lugar a problemas de oclusión y, a la larga, a la necesidad de ortodoncia. También es importante que los dientes se caigan a su debido tiempo porque son fundamentales para poder pronunciar correctamente en plena época de aprendizaje del lenguaje.

Por todos estos motivos, en cuanto haya sospecha de caries, cualquier mínima mancha en dientes o muelas, hay que acudir al otontopediatra para que lo valore y, si es preciso, lo trate.

¿Cómo prevenir las caries en los dientes de leche?

Las caries en los dientes de leche pueden darse por varios motivos. En primer lugar, porque hay personas que tienen una mayor predisposición a padecerlas, por lo que puede haber niños que, ya en los dientes de leche presenten defectos en el esmalte que los hacen más vulnerables a la caries.

También pueden aparecer por una mala alimentación, con un exceso de azúcares y carbohidratos, o incluso por contagio, pues si las personas que los cuidan tienen caries, y su boca están en contacto directo o indirecto con la del niño o bebé, las bacterias podrán colonizar también su boca.

Para evitar o prevenir las caries en los dientes de leche hay varias cosas que podemos hacer:

  • Lavar los dientes el niño en cuanto les salgan. Al principio, con una gasita para retirar los restos de comida, y, según vaya creciendo, con pastas de dientes y cepillos adecuados a su edad. Es importante que tengan flúor para prevenir las caries, pero la cantidad debe ser la adecuada para su edad. Así, debemos fijarnos de que tenga al menos, 500 o 1.000 ppm de flúor.
  • Cuidar su alimentación. Evitar los azúcares simples, los caramelos, los dulces, los zumos…, limitar la cantidad de carbohidratos (harinas, panes…) e incluir alimentos que ayuden a prevenir las caries, como son los alimentos crudos y ricos en fibra: zanahorias, manzanas… Estos alimentos requieren una masticación enérgica que favorece la secreción salival, que ayuda a ‘autolimpiar’ los dientes y obstaculiza la formación de placa bacteriana.
  • En caso de niños más pequeños, evitar poner en el biberón líquidos azucarados y no dejar nunca que se duerma con él en la boca, ni siquiera cuando el biberón es de leche.
  • Evitar contagiarle nuestra caries, y para ello debemos extremar nuestra higiene bucal, y no chupar o soplar en la cuchara, chupetes o biberones del bebé.
  • Acudir al dentista regularmente en cuanto les salgan los dientes de leche. De este modo será más fácil localizar y tratar prematuramente cualquier problema que pueda surgir en el esmalte o anatomía de los dientes.
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