El suero fisiológico y el agua de mar, aunque parecen el mismo producto sanitario, existen ciertas diferencias que los hace ideales para ciertos usos.

Los mocos nos acompañan como fieles amigos desde que los termómetros descienden hasta que vuelve a incrementar la temperatura, especialmente a los bebés y niños pequeños; época en la que predominan los catarros y la gripe que derivan en la congestión nasal.

Cuando se trata de bebés congestionados, debemos tener en cuenta que no saben respirar por la boca por lo que tienen mayores dificultades. Para ello, se recomienda realizar lavados nasales que contribuyen a la eliminación del moco en las fosas nasales y, consecuentemente, facilitan la alimentación y el sueño del bebé. ¿Qué debemos hacer para aliviar su congestión nasal?

suero fisiológico y agua de mar, ¿son lo mismo?

En algún punto de nuestra vida posiblemente hemos utilizado suero fisiológico y agua de mar para la higiene nasal; sin embargo, también es probable que para otros fines. Llegados a este punto, es imprescindible destacar que, aunque parecen el mismo producto sanitario, existen ciertas diferencias que los hace ideales para ciertos usos.

Por un lado, el suero fisiológico se trata de una solución isotónica de agua y sal, que tiene una concentración de cloruro sódico del 0,9%. Esto quiere decir que, al tener la misma presión osmótica que en el interior de las células, las moléculas de agua se intercambian en la misma medida impidiendo que el agua abandone la célula o que el agua entre en la célula. Está indicado para la higiene nasal, ocular, auricular y para limpieza de heridas.

En tu farmacia, podrás encontrar diversas formas de envasado:

  • Dosis individuales: botellitas monodosis que contienen entre 5 ml y 10 ml que presentan una gran ventaja ya que permanecen estériles.
  • Envase grande: son los botes de superior tamaño, con diversas opciones de un cuarto, medio o un litro, que precisan de una jeringa para su uso y que se irá utilizando en diferentes momentos.
  • Espray.
  • Bote pequeño con cuentagotas.

Por otro lado, el agua de mar está compuesta por oligoelementos y minerales característicos del entorno marino, ya que se extrae directamente de ahí. El agua de mar contiene bicarbonatos, calcio, potasio y magnesio que le confieren beneficios adicionales. Por ejemplo, el potasio y el magnesio promueven la curación y limitan la inflamación localizada, así como el calcio mejora la motilidad ciliar; en otras palabras, ayuda a eliminar el moco mediante mecanismos fisiológicos.

Además, algunos de estos productos contienen otros activos que también favorecen el uso del producto. Un ejemplo es el aloe vera que, además de las funciones regulares, clama la irritación de fosas nasales.

Al igual que el suero fisiológico, el agua de mar es empleada para lavados nasales, aunque no se recomienda para los ojos ni para las heridas. Además, existen diferentes tipos en función de la osmolaridad para el agua de mar en función de la cantidad de moco que tengas:

  • Agua de mar isotónica (concentración de cloruro sódico del 0,9%): limpieza, descongestión y mantener la mucosa nasal hidratada. Puede utilizarse desde el primer día de vida.
  • Agua de mar hipertónica (concentración de cloruro sódico superior al 2,3%): limpieza, ayuda en caso de obstrucción nasal causado por resfriado o alergia nasal, etc. Se puede hacer uso de las soluciones hipertónicas a partir del primer mes de vida.

recomendaciones de uso

Los lavados nasales se pueden realizar a cualquier hora, sin embargo, en bebés se recomienda una antes de las tomas y otra a la hora de acostarse. ¿Por qué? Por una simple razón, para favorecer que se pueda alimentar y pueda disfrutar de las horas de sueño sin las dificultades que les producen los mocos.

Para realizar un lavado de las fosas nasales, deberás posicionarte adecuadamente. Los adultos y niños deben inclinar la cabeza hacia un lado, mientras que los bebés y recién nacidos deben permanecer acostados en una cama con la cabeza ladeada. Es importante que la cabeza no quede recostada hacia atrás ya que podría tragarse la solución y provocar un atragantamiento.

Sigue estos #consejosMICOF para el lavado nasal en niños:

1º. Lávate las manos.

2º. Introduce parte del suero fisiológico o agua de mar en el orificio que quede más alto. Recuerda que las cantidades son importantes. Para niños pequeños se recomienda entre 1,5 y 2 ml en cada fosa nasal y para niños mayores alrededor de 5 ml. Para que resulte más cómo, es preferible que esté a temperatura ambiente.

3º. Una vez se ha introducido la solución en el orificio, se puede favorecer la expulsión de las mucosidades al sentar a la persona.

4º. Repetir el 2º paso posicionando la cabeza de la persona hacia el otro lado.

Recuerda:

  • En algunas ocasiones, si al introducir la solución has presionado mucho, es posible que parte de los mocos se los trague y la otra parte quede expulsada.
  • Los niños mayores pueden realizarlo ellos mismos por lo que solamente se deben recordar los pasos a seguir.
  • Si el moco es difícil de quitar, se puede aplicar suero fisiológico primero y masajear para reblandecerlo y continuar añadiéndole más cantidad.

Errores a evitar:

- Falta de presión, por lo que las fosas nasales no se limpian adecuadamente.

- No volver a intentar sacar moco en una parte que ya lo hemos hecho más veces.

- Abusar del número de aspiraciones.

En cuanto a las recomendaciones de uso para el suero fisiológico, también se puede utilizar para:

  • Higiene ocular: verter unas gotas de solución en cada ojo con precaución para que la ampolla no entre en contacto con la superficie del ojo. En caso de que haya un excedente de líquido, secarlo con una compresa. Si es necesario aplicar otro producto de uso ocular, el suero fisiológico debe aplicarse primero y hasta los 15 minutos después, no se podrá verter el otro. Es compatible con el uso de lentes de contacto.
  • Higiene auricular: realizar un lavado del canal auditivo y aplicar unas gotas. Si el envase no ha tocado el canal auditivo, se puede emplear para ambas orejas. Al igual que para la higiene ocular, hay que retirar el líquido que se derrame con una compresa.
  • Limpieza de heridas: aplicar toda la solución en la herida. Recuerda que el envase no debe entrar en contacto con la herida y se debe secar el exceso de solución utilizada.

 

Fuentes de información:

  1. Lavados nasales. Asociación Española de Pediatría (AEP).
  2. Los lavados nasales: qué son y cuándo deben realizarse. Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP).

 

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