Las verduras de hoja verde ancha son ricas en nitratos, que puede provocar cianosis en los bebés.

Fuente: 20 Minutos

Cuando se inicia la alimentación complementaria de los bebés, alrededor de los 6 meses, empiezan a surgir muchas dudas en cuanto a lo que deben comenzar a comer. Lo adecuado es probar con papillas primero, que puedan estar elaboradas con frutas, determinados tipos de pescado, pollo, entre otras opciones que explican desde la Asociación Española de Pediatría (AEPED).

También, es aconsejable introducir las verduras en sus platos, aunque no todas son válidas. Conviene tener cuidado con las verduras de hoja verde ancha, al igual que el bebé no debe comer al inicio de su alimentación complementaria pescados ricos en mercurio como los azules y tampoco miel. Pero, dado que las verduras son beneficiosas, ¿qué pasa con las de hoja verde ancha?

¿Qué verduras se consideran de hoja verde ancha?

Las verduras de hoja verde ancha son las espinacas, acelgas, lechuga, berros, endivias, col rizada, rúcula, entre otras que podemos encontrar en cualquier tienda o supermercado. Sin embargo, ¿es adecuado no introducir ninguna de estas verduras de hoja verde ancha? A pesar de que se suele generalizar, al menos durante el primer año de vida, hay que prestar atención a lo siguiente.

Atendiendo a las recomendaciones que nos hace la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), deberíamos centrarnos en 3 tipos de verduras de hoja verde ancha en particular: las espinacas, las acelgas y la borraja. Las 2 primeras deben estar ausentes en la alimentación del bebé durante el primer año de vida y en el caso de no hacer esto la cantidad máxima recomendada sería de 35 gramos al día.

En cuando a la borraja, la situación es un poco más delicada. No se recomienda, para nada, incluirla antes de los 3 años de vida del bebé por razones que veremos a continuación. Es más, las propias espinacas y acelgas no se deben dar al bebé en aquellos casos en los que presente algún tipo de infección bacteriana gastrointestinal.

Nitratos, el inconveniente de las verduras de hoja verde ancha

¿Dónde está el problema de las verduras de hoja verde ancha? La respuesta se encuentra en los nitratos. Como bien indica la AESAN, "los nitratos se encuentran de manera natural en los vegetales, especialmente en las hortalizas de hoja verde, como las espinacas y la lechuga". Estos son poco tóxicos, pero si los bebés consumen altas cantidades de este tipo de verduras pueden sufrir una enfermedad de la sangre que se conoce como metahemoglobinemia.

La metahemoglobinemia provoca cianosis, es decir, que el bebé se vuelva azul. Según el artículo Metahemoglobinemia asociada a la ingesta de acelgas "en los casos más graves puede causar alteraciones del estado mental, coma y convulsiones generalizadas". Por estas razones, es fundamental tener en cuenta las recomendaciones de la AESAN y evitar las verduras de hoja verde ancha durante el primer año de vida y, después, introducirlas pero en cantidades bajas.

Saber esto no debe infundir temor a los padres que pueden limitar la introducción de alimentos adecuados en la alimentación complementaria de sus hijos. No obstante, sí hay que controlar muy bien las cantidades. Por eso, este tipo de alimentación a partir de los 6 meses debe hacerse de manera controlada, progresiva y siguiendo siempre las recomendaciones del pediatra.

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