La leche es el único alimento durante la lactancia y sigue siendo un aporte de calcio y vitamina D a lo largo de toda la vida. Está compuesta por hidratos de carbono o azúcares -más en concreto dos azúcares unidos, la glucosa y la galactosa que forman la lactosa-, grasas principalmente triglicéridos y proteínas. La lactosa constituye el principal carbohidrato de la leche de los mamíferos como las ovejas, las vacas y las cabras (orden decreciente) y cuya absorción de calcio mejora cuando el lácteo contiene lactosa.

A pesar de sus múltiples beneficios para el cuerpo, actualmente alrededor de un 40 y 60% de los españoles tienen intolerancia a la lactosa con una diferencia entre la zona norte y sur que oscila entre el 20% y 40%. En este caso hablamos de intolerancia, pero ¿puede darse una alergia a la lactosa? ¿y si se trata de una alergia nos referimos a las proteínas de la leche de vaca? A continuación, resolvemos las dudas acerca de estos temas.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

Como bien hemos comentado al principio, puede darse intolerancia a la lactosa. Esta intolerancia puede constituir un problema para aquellas personas que carecen de la enzima lactasa o esta no funciona correctamente. Si bien, esta enzima (proteína) es la encargada de hidrolizar la lactosa en el intestino y permitir que se digiera, la intolerancia se ve favorecida cuando se produce un desequilibrio entre la cantidad de lactosa ingerida y la capacidad de lactasa de digerirla.

La intolerancia puede deberse a diferentes etiologías como:

  • Deficiencia congénita de lactasa intestinal: durante primeros días de vida, con diarrea, con un duración de por vida y, por tanto, precisa una alimentación exenta de lactosa.
  • Déficit de lactasa neonatal: aparece durante los primeros días de vida, cursa con diarrea leve/moderada y cólicos, pero se resuelve en aproximadamente 3 meses y requiere una fórmula baja en lactosa.
  • Intolerancia a la lactosa primaria: aparece en edad escolar, con dolor abdominal, distensión, flatulencias y diarrea. Dura toda la vida y requiere una dieta baja en lactosa.
  • Intolerancia a la lactosa secundaria: puede aparecer a cualquier edad, con dolor abdominal, distensión, flatulencia y diarrea. Tiene una duración de unas semanas y requiere una alimentación baja en lactosa.

En cualquier caso, esto resulta en que la lactosa permanece en el intestino provocando un cuadro gastrointestinal que se desarrolla con dolor, molestias abdominales, diarrea, flatulencias, distensión abdominal, nauseas e incluso vómitos que depende del grado de tolerancia que presente la persona entre los 30 y 60 minutos tras ingerir alimentos con lactosa.

Tratamiento de la intolerancia a la lactosa

Para disminuir o evitar los síntomas de la malabsorción de la lactosa, se pueden seguir unas estrategias que mejoran la tolerancia:

  • Ingerir alimentos que tiene elevada osmolaridad, es decir, que enlentecen el vaciado gástrico como la nata, los helados y la leche entera.
  • Distribuir la ingesta de lactosa en porciones pequeñas durante el día.
  • Se pueden consumir con mayor asiduidad la mantequilla y quesos curados al contener muy baja cantidad de lactosa.
  • Los lácteos fermentados que contienen bacterias que facilitan la digestión intestinal de la lactosa.
  • Uso de probióticos como Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces pueden ayudar en la digestión de la lactosa.

Para los lactantes se pueden hacer uso de fórmulas sin lactosa (lactosa <0,01%) en las que se sustituye parcial o totalmente la lactosa y permite la absorción de calcio tan adecuado como lactosa y conservan intactas las proteínas. Además, también existen las leches sin lactosa o bajas en lactosa (lactosa medible <1%) en las que la lactosa está hidrolizada en glucosa y galactosa. También se pueden dar bebidas vegetales de soja, arroz, avena, almendras, etc. aunque son nutricionalmente menos interesantes al tener un menor contenido de calcio y proteínas con una elevada cantidad de hidratos de carbono.

¿Qué es la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV)?

A diferencia de la intolerancia a la lactosa, la APLV está causada por la reacción inmunológica frente a las proteínas presentes en la leche de vaca, derivados lácteos y alimentos preparados con estos ingredientes. Debido a que se trata de una alergia alimentaria, no solamente aparece cuando se ingieren estos productos, sino que también pueden producir reacción inmunitaria cuando se toca el alimento.

Con frecuencia aparece en bebés menores de 1 año y no siempre surgen tras la primera toma de leche, sino que debe haber un contacto previo. Si bien durante la lactancia materna, la madre transmite pequeñas cantidades de proteínas de leche de vaca al bebé, por lo que el bebé está expuesto desde su nacimiento, puede no desarrollar síntomas. Sin embargo, una vez toma biberón la cantidad de proteínas de leche de vaca incrementan y los síntomas pueden ser más evidentes. También ocurre cuando el bebé se alimenta de leche de fórmula ya que, aunque esta leche sufre ciertas modificaciones para asemejarla a la leche materna, sigue contiendo las proteínas que pueden ser causantes de la alergia. Los síntomas resultan evidentes desde que se inicia la alimentación con biberón o cuando aparecen de forma inmediata tras tomar o tocar leche o derivados.

La aparición de síntomas es rápida, es decir, que aparece a los pocos minutos tras ingerir el alimento, aunque, también se dan casos en los que la alergia es más tardía en situaciones de apariciones no típicas. Entre los síntomas sistémicos de la APVL son:

  • Gastrointestinales como: diarrea, cólicos, distensión abdominal, etc.
  • Dérmicos: urticaria, inflamación, hinchazón, eczema, etc.
  • Respiratorios: asma, disnea, etc.
  • Anafilaxia.

APLV: alimentación

Una vez confirmada la APLV, ¿qué dieta deben seguir? Respecto a los lactantes, cuando la leche materna no es suficiente, se deben comprar leches especiales que se obtienen en las farmacias que aportan la cantidad necesaria de nutrientes, vitaminas y minerales para lactantes. Estas leches especiales son las extensamente hidrolizadas, las bebidas de soja y arroz. Las extensamente hidrolizadas contienen las proteínas de la leche de vaca, pero con la diferencia de que estas están en pequeños fragmentos reduciendo su capacidad de producir una reacción alérgica. Por otro lado, las bebidas de soja al obtener de la planta de la soja no contienen las proteínas y lo mismo ocurre con las bebidas de arroz.

Además de las mencionadas, también existen las leches elementales y las leches parcialmente hidrolizadas (hipoalergénicas). Estas primeras contienen aminoácidos, fragmentos mínimos de las proteínas lo cual hace que se pierda la capacidad de producir alergias, útiles cuando no responde adecuadamente a las opciones anteriores. Mientras que las hipoalergénicas tienen presentes las proteínas de vaca en menor tamaño respecto a las fórmulas normales pero mayor si se trata de las extensamente hidrolizadas. Debido a esto, las hipoalergénicas no se recomiendan para la alergia.

En cuanto a los niños, adolescentes y adultos, su alimentación debe ser variada y obtener calcio de otras fuentes. Ante todo, las personas con APLV deben evitar los siguientes alimentos:

  • Leche y sus derivados (yogur, cuajada, requesón, queso, etc.)
  • Alimentos elaborados con leche: flan, galletas, chocolate con leche, potitos, sorbetes, embutidos, etc.
  • Leche de cabra, oveja, búfala y derivados.
  • Otros productos como: suero sin lactosa, saborizante artificial, colorante de caramelo, grasa de manteca, lactoglobulina, etc.

Además, las personas muy sensibilizadas pueden experimentar síntomas si se emplean utensilios como chuchillos, recipientes o planchas contaminadas con productos lácteos por lo que resulta imprescindible prestar mayor atención cuando se come fuera de casa.

¿Puede desaparecer la alergia? ¿Pueden surgir más alergias a raíz de la APLV?

Al igual que ocurre con las alergias, cuando se evita el agente causante, en este caso las proteínas de la leche de vaca desaparecen los síntomas. Debido a esto, se recomienda una dieta restringida por estos alimentos y aunque el periodo suele ser variable, oscila desde los 2 años cuando se trata de una reacción alérgica tardía pero este tiempo incrementa hasta alcanzar los 6 años cuando la respuesta inmunitaria es casi inmediata. En aquellos casos en los que la alergia no desaparece, se puede iniciar el proceso de desensibilización.

A raíz de la APVL, los niños tienen mayor riesgo de desarrollar otras alergias frente a alimentos, no obstante, no es frecuente.

 

Fuente:

  1. Dieta para las personas con alergia a proteínas de leche de vaca. Sociedad Española de Inmunología clínica, Alergología y Asma (Seicap).
  2. Alergia a la leche de vaca. Sociedad Española de Inmunología clínica, Alergología y Asma (Seicap).
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