Cómo y por qué nos mareamos cuando viajamos en coche, en barco o en avión. Aquí unos consejos para no sufrir en los próximos desplazamientos

Fuente: El Mundo

En puertas de la celebración de una Semana Santa casi sin restricciones derivadas de la pandemia, la Dirección General de Tráfico ya ha anunciado que prevé que se producirán más de 14 millones de desplazamientos por las carreteras españolas.

Un ir y venir de maletas y vehículos que, como cada año, trae de cabeza a muchos padres ante la posibilidad de que sus hijos se mareen en el coche. Algo que, además de hacer que los más pequeños pasen un mal rato, puede acabar con el interior del vehículo lleno de vómito y un olor que no hay ambientador de pino que logre camuflar.

Si es usted una de esas personas preocupadas por esta posibilidad, este artículo le interesa. No le garantizo que el niño no acabe vomitando, pero estoy seguro de que si sigue mis consejos será mucho más difícil que esto ocurra. Su tapicería me lo agradecerá.

¿POR QUÉ SE MAREAN MÁS LOS NIÑOS QUE LOS ADULTOS?

El mareo por movimiento, también llamado cinetosis, es efectivamente mucho más habitual en niños que en adultos, aunque en realidad es algo que puede ocurrir a cualquier edad.

En concreto, es mucho más frecuente en niños entre los 2 y los 12 años. Antes de que cumplan 24 meses si vomitan en el coche no es porque se hayan mareado, la causa será otra, y es que su sistema nervioso es todavía inmaduro como para sufrir cinetosis.

Después de los 12 años es más raro que se produzca, y esto simplemente se debe a que el cuerpo se ha acostumbrado a los desplazamientos en coche y por eso ya no se marea.

¿POR QUÉ SE PRODUCE EL MAREO?

Por un conflicto de señales en nuestro cerebro. Las personas mantenemos el equilibro gracias a la información que recogen el oído interno, la vista y el sistema musculoesquelético con la posición de nuestro cuerpo.

Esa información la envían al cerebro y entonces éste la procesa y entiende cuándo nos movemos y cuándo estamos quietos. ¿Qué sucede en el coche? Que el líquido del oído interno sufre alteraciones por el movimiento del vehículo y le dice al cerebro que nos estamos moviendo, pero el sistema musculoesquelético y la vista le dicen que no, que estamos quietos. Se envían señales contradictorias y entonces aparece el mareo.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITAR QUE APAREZCA?

Sin llegar a recurrir a fármacos, hay pequeñas cosas que podemos hacer para reducir al mínimo las posibilidades de que los niños (o los adultos) se mareen.

  • Evitaremos viajar justo después de las comidas. Viajar haciendo la digestión no es lo más recomendable, pero es algo que no siempre se puede evitar. Si es imprescindible, comeremos poca cantidad y preferiblemente alimentos sólidos.
  • Mantendremos el interior del vehículo bien ventilado. Bajar un poco las ventanillas ayudará, así como no tener una temperatura excesiva dentro del coche ya que el calor empeora el mareo.
  • Realizaremos paradas frecuentes. Esto no solo es imprescindible para el conductor, si no que ayudará a que los niños se mareen mucho menos.
  • Evitaremos los asientos a contra marcha. Tanto en el tren como en el autobús o en cualquier vehículo en movimiento, ya que ir mirando a la carretera ayuda a enviar al cerebro esa señal de que nos estamos moviendo.
  • Conduciremos con la mayor suavidad posible, evitando siempre que se pueda giros bruscos y aceleraciones o desaceleraciones continuas.
  • Evitaremos que durante el viaje fijen la vista en un libro, móvil o tablet e intentaremos que fije su vista en la carretera.
  • Si fuese posible, lo ideal sería que los niños durmiesen durante el viaje ya que es la medida más eficaz para evitar que se produzca el mareo por desplazamiento.

¿CUÁL ES EL MEJOR ASIENTO PARA EVITAR EL MAREO?

En los turismos, el mejor asiento es el del copiloto ya que el pasajero puede ver la carretera y eso envía la señal correcta a nuestro cerebro, por lo que ese conflicto de señales es más difícil que aparezca.

Si viajamos en avión, el mareo es menos frecuente si elegimos los asientos ubicados a la altura de las alas. En el caso de que nos desplazamos en barco, subiremos a cubierta si es posible.

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