Ante la presencia de ampollas o síntomas como fiebre o náuseas hay que acudir al médico.

Fuente: 20 Minutos

Las quemaduras solares siempre deben preocuparnos, pues, sobre todo en edades tempranas de la vida y si ocurren muchas veces, elevan exponencialmente el riesgo de padecer cáncer de piel en el futuro.

En el momento, y de manera aislada, no suelen ser peligrosas más allá de que nos hacen pasar unos días muy molestos y se nos descama la piel. Sin embargo, hay ocasiones en las que sí requieren cuidados especiales y requieren de atención médica.

Cómo se tratan las quemaduras leves o moderadas

Cuando nos exponemos al sol de manera incorrecta, ya sea durante demasiado tiempo y/o son protección, la piel se enrojece y, en las horas siguientes, se calienta y se vuelve muy dolorosa, especialmente entre las 6 y las 48 horas tras la exposición solar. Estos síntomas son respuesta inflamatoria al exceso de luz ultravioleta o UV. Aunque son muy molestas y dolorosas, si no se presentan otros signos, este tipo de quemaduras se pueden tratar en casa, y entre tres y siete días después lo más probable es que, salvo alguna peladura, la piel esté recuperada.

Con algunos cuidados específicos, podremos acelerar la recuperación y hacer el proceso más llevadero, como ingerir muchos líquidos, poner aftersun varias horas al día, aplicar duchas y compresas frías, vestir ropa holgada y evitar a toda costa exponerse el sol hasta que la piel esté completamente recuperada.

En estos casos, como advierte la Academia Española de Dermatología, no se deben usar sin prescripción médica esteroides tópicos, pues además de que no resultan más eficaces que las compresas de agua corriente fría para aliviar los síntomas de la quemadura solar, pueden tener efectos secundarios. Tampoco ungüentos o lociones que contengan anestésicos locales (benzocaína) por el riesgo de dermatitis de contacto alérgica.

Cuándo ir al médico por una quemadura solar

Ante la sospecha de que la quemadura solar es más grave, hay que acudir al médico ahora tratarla, pues el riesgo de complicaciones es elevado. La principal señal de que una quemadura solar no basta con tratarla en casa es la aparición de ampollas, pero también hay que estar atentos a síntomas más graves.

La presencia de ampollas, especialmente si cubren más del 20 % de la superficie, requerirán de atención médica. Estas ampollas deben tratarse porque tienen un elevado riesgo de infecciones secundarias, la pigmentación parcheada o erupciones. El tratamiento, además de los cuidados en casa, requerirá de la aplicación de un esteroide sistémico. En caso de infección, se aplicarán otro tipo de tratamientos, como antibióticos.

Si la quemadura solar va acompañada de fiebre alta, escalofríos, mareos, pulso rápido, náuseas o palidez, la atención debe ser inmediata, pues podrían ser síntomas de una insolación o de una deshidratación grave fruto de un exceso de exposición solar. Además de tratar los síntomas cutáneos, habrá casos en los que se requiera ingreso hospitalario para tratar al paciente con fluidos intravenosos para tratar una deshidratación grave.

Si, pasados unos días, la piel muestra síntomas de infección, como hinchazón, pus o ampollas que se vuelven amarillas o rojas, también deberemos acudir al médico, aunque anteriormente no hayas presentado ampollas o síntomas de insolación. Y es que, las quemaduras leves y moderadas, también pueden complicarse con el tiempo, pues la piel, al quemarse y descamarse, está más expuesta a gérmenes que puede dañarla.

Cómo evitar las quemaduras solares

La respuesta es fácil y conocida por todos: protegerse de la radiación solar, algo que podemos hacer, o bien evitando exponer nuestra piel al sol en verano, especialmente en las horas centrales del día, o aplicándonos protector solar con un FPS acorde a nuestro tono de piel y hacerlo de manera constantes: cada dos horas o cuando nos bañemos.

Esto es especialmente importante para las personas que toman medicamentos fotosensibilizantes, pues aumentan la probabilidad de que la piel se queme. Entre ellos se encuentran algunos tan comunes como el omeprazol o el ibuprofeno, pero existen unos 63, como advierten desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM). Puedes consultar la lista completa aquí.

Ojo también con los perfumes o los aceites esenciales, pues algunos también pueden ser fotosensibilizantes.

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