El epidemiólogo de la Universidad de Harvard ha descubierto la causa principal de una de las enfermedades más enigmáticas.

Fuente: El País

El epidemiólogo italiano Alberto Ascherio ha resuelto este año uno de los grandes misterios de la medicina. En enero, su equipo demostró que el virus de Epstein-Barr, culpable de la enfermedad del beso, también es “la causa principal” de la esclerosis múltiple, un enigmático trastorno en el que se destruye la envoltura de las neuronas, como si se pelasen los cables eléctricos del cerebro y la médula espinal. Los pacientes, diagnosticados habitualmente cuando son veinteañeros o treintañeros, pueden empeorar en algunos casos hasta tener dificultades para hablar y caminar. Los tres millones de personas que viven con esclerosis múltiple en el mundo no sabían hasta ahora cuál era el auténtico detonante de su enfermedad.

El equipo de Ascherio, de la Universidad de Harvard (EE UU), inició en el año 2000 un paciente seguimiento a unos 10 millones de militares estadounidenses. Sus esperados resultados han demostrado que el riesgo de esclerosis múltiple se multiplica por 32 tras la infección por el virus de la enfermedad del beso. Ascherio, genovés de 68 años, habla un perfecto español aprendido en las selvas de Nicaragua tras la revolución sandinista, adonde se fue en 1980 como médico voluntario. Antes de dar una charla en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, el epidemiólogo explica cómo es posible que un virus tan omnipresente como el de Epstein-Barr, que infecta al 94% de los ciudadanos, sea el culpable de una enfermedad tan infrecuente como la esclerosis múltiple, con apenas 36 casos por cada 100.000 personas.

Pregunta. Si no estás infectado con el virus de Epstein-Barr, ¿cuál es tu riesgo de tener esclerosis múltiple?

Respuesta. Prácticamente cero. Probablemente, la esclerosis múltiple no se desarrolla si una persona no está infectada con el virus.

P. Ustedes han afirmado que el virus es “la causa principal” de la esclerosis múltiple. El virólogo Jeffrey Cohen, de los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU, ha declarado que él prefiere tener cuidado con la palabra “causa” y habla de “precondición necesaria”. ¿Qué opina?

R. La verdad es que yo no lo creo así. Es un poco paradójico, porque decir que es un factor necesario implica que es un factor causal del 100% de los casos. Cuando yo digo que es una causa, digo que es el factor causal del 99,9%, un poquito menos.

P. Usted sí cree entonces que el virus de Epstein-Barr causa la esclerosis múltiple.

R. Sí, yo creo que no hay duda de que la esclerosis múltiple es una complicación rara de la infección con el virus de Epstein-Barr, pero siempre hay otros factores. ¿Que cómo es posible que un virus tan común cause una enfermedad rara? Pues esto no es una excepción, es la regla. El virus de Epstein-Barr causa el linfoma de Burkitt, que es un linfoma raro, y también causa carcinoma nasofaríngeo, que también es muy raro. Muchos virus causan raramente enfermedades graves.

P. ¿Por ejemplo?

R. El virus de la poliomielitis, por ejemplo, infectaba a casi todos los niños antes de que existiera la vacuna. Y uno de cada 400 niños tenía poliomielitis paralítica, pero los otros 399 no la tenían. Siempre hay una predisposición genética, factores ambientales, otras infecciones o un conjunto de factores. Es lo mismo que ocurre con la covid: algunas personas se mueren y otras no tienen síntomas.

No hay duda de que la esclerosis múltiple es una complicación rara de la infección con el virus de Epstein-Barr.

P. ¿Podría haber otra causa de la esclerosis múltiple que no fuese el virus de Epstein-Barr? ¿Hay otro candidato?

R. No, en nuestro estudio investigamos todos los virus conocidos y ningún otro emerge como posible candidato. En la esclerosis múltiple, el virus desata un proceso autoinmune inflamatorio complejo. Es posible, en situaciones muy raras, que este proceso se desarrolle sin conocerse la causa o que no podamos excluir la opción de otro virus. Pero serían casos muy raros.

P. Casi todas las personas tienen el virus de Epstein-Barr en su saliva.

R. Sí, se reactiva periódicamente. Si paramos a personas por la calle y les hacemos un test, el 20% darán positivo en ese momento. Pero puedes dar negativo ahora y, en dos semanas, dar positivo. La excreción del virus es intermitente.

P. El virus de Epstein-Barr es como otros miembros de la familia de los herpesvirus: puede integrar su ADN en tu propio ADN, dentro de las células humanas.

R. Se puede integrar en el ADN humano, pero en la mayoría de las personas el ADN del virus se queda en una pequeña bolita dentro de la célula humana. Se conecta al ADN humano cuando la célula se reproduce. Al dividirse la célula humana en dos, el virus también se reproduce.

P. ¿Es posible entonces imaginar un tratamiento que elimine el virus de nuestras células?

R. En teoría, sí. Lo que se puede hacer es bloquear la replicación del virus cuando la célula se reproduce.

P. ¿Usted cree que si se elimina el virus de una persona con esclerosis múltiple es posible que se cure?

R. Eso es lo que no se sabe, honestamente. Nosotros demostramos que el virus causa la enfermedad, pero hay dos aspectos: puede causar solo el inicio de la enfermedad o además causar su progresión. Es casi seguro que si el virus está presente siga estimulando esta respuesta autoinmune. Es probable, pero no es seguro. También es posible que, incluso eliminando el virus, este proceso inmunitario siga por su cuenta. Todavía no sabemos la respuesta.

P. Sería increíble que funcionase.

R. Sería increíble y creo que es algo que hay que estudiar. La única forma de saberlo, en mi opinión, es probar tratamientos antivirales. Hay algunos estudios en curso, como un ensayo que se está haciendo con células inmunitarias que matan al virus, células T citotóxicas específicas contra el virus de Epstein-Barr. Nosotros mismos intentamos hacer estudios con algún antiviral que tiene eficacia contra el virus, pero no tenemos una bala mágica, un fármaco que mate al virus de forma definitiva. Hay fármacos con actividad intermedia, que disminuyen la proliferación, pero no sabemos si será suficiente.

No tenemos una bala mágica, un fármaco que mate al virus de forma definitiva.

P. ¿Sus últimos resultados han impulsado la investigación de la enfermedad?

R. Sí, yo creo que mucho, a todos los niveles y, especialmente, en cuanto a las vacunas, porque esa sería la forma más lógica de actuar. Si lo que causa la esclerosis múltiple es una respuesta inmunitaria muy agresiva contra el virus, una vacuna podría modular esa respuesta de forma que sea menos agresiva. La empresa estadounidense Moderna tiene ahora una vacuna experimental contra el virus de Epstein-Barr.

P. ¿Entendemos bien cómo se comporta el virus en una persona que tiene esclerosis múltiple?

R. En realidad no, todavía no lo entendemos bien. Hubo una serie de investigaciones en 2007 que demostraron que en las lesiones de esclerosis múltiple hay células infectadas con el virus, que el virus se reactiva, que el sistema inmunitario ataca estas células y eso causa toda la inflamación alrededor y daña la mielina [la envoltura de las neuronas]. Los resultados parecían muy contundentes, pero después otros laboratorios no lograron reproducir esos resultados. Y otros más recientemente sí lo han hecho. Son estudios difíciles, en los que se está trabajando con material de autopsias de personas que murieron por esclerosis múltiple. Es una enfermedad que dura décadas, así que estamos intentando entender cómo se inició el proceso inflamatorio mirando 10 años después. No es fácil.

P. ¿Qué otros virus están implicados en el desarrollo de enfermedades autoinmunes?

R. La verdad es que no hay evidencias muy claras. El propio virus de Epstein-Barr probablemente se asocia con un mayor riesgo de lupus eritematoso sistémico, pero la mayoría de las enfermedades autoinmunes se consideran de causa desconocida. Es probable que las infecciones tengan un papel, pero no se ha demostrado de forma clara.

P. El riesgo de esclerosis múltiple en los fumadores es el doble que en los no fumadores. ¿Por qué?

R. Los mecanismos no están claros. Es posible que la inflamación pulmonar pueda tener alguna interacción con el virus de Epstein-Barr.

P. ¿Y qué pasa con el resto de factores de riesgo de la esclerosis múltiple, como la obesidad infantil?

R. De los factores que se pueden corregir, probablemente el factor más importante sea la deficiencia de vitamina D. El segundo sería el hábito de fumar. La obesidad infantil está asociada a la deficiencia de vitamina D. Algunas personas creen que hay un efecto de la obesidad independiente del efecto de la vitamina D, pero yo no estoy al 100% seguro.

En el párkinson, la conclusión principal es que la actividad física tiene un efecto protector.

P. En su laboratorio también estudian el papel de los fármacos, la dieta y el estilo de vida en el riesgo de párkinson. ¿Tienen ya alguna conclusión?

R. En el párkinson, la conclusión principal es que la actividad física tiene un efecto protector. Respecto a la dieta, tenemos resultados interesantes, pero con un nivel de certidumbre que no es tan fuerte. La dieta mediterránea y los flavonoides, que son componentes antioxidantes, se asocian a un riesgo reducido de párkinson. Demostrar la causalidad es complejo. Estamos estudiando la fase inicial del párkinson y vemos que la dieta mediterránea se asocia con una menor frecuencia de estos primeros síntomas. No estamos hablando de que se pueda prevenir el 90% de los casos con la dieta mediterránea, estamos hablando de prevenir entre el 10% y el 15%. Es prometedor, porque es lo mejor que tenemos después de la actividad física, pero no vamos a eliminar el párkinson con la dieta. Pero sí podemos eliminar la esclerosis múltiple con una vacuna.

P. ¿Cuál es la hipótesis principal sobre la causa del párkinson?

R. Hay factores de riesgo, por ejemplo, la exposición a pesticidas. Yo creo que es casi seguro que aumenta el riesgo de párkinson, pero estamos hablando de duplicar el riesgo. La gran mayoría de las personas con párkinson no tienen una exposición sustancial a pesticidas. Yo creo que las causas son muy complejas, con muchos factores que contribuyen. Hay un 10% o un 15% de los casos que tienen mutaciones genéticas. En el resto de casos no se sabe.

P. Los hombres tienen un riesgo 1,5 veces mayor que las mujeres de tener párkinson. ¿Esto por qué puede ser?

R. Sí, es más común en los hombres y tampoco se sabe por qué. Las diferencias en el riesgo de enfermedad entre hombres y mujeres son habituales. La esclerosis múltiple es más común en las mujeres. En la mayoría de los casos no se sabe. Se habla de las hormonas, claro, pero no se entiende de verdad.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas