Unos hábitos de vida poco saludables en cuanto a alimentación, sedentarismo o consumo de tabaco y alcohol que afecten a nuestro organismo son la puerta de entrada de enfermedades cardiovasculares

Padecer un trastorno de salud mental, como una depresión, podría incrementar las posibilidades de sufrir alguna enfermedad cardiovascular.

Según la Fundación Española del Corazón (FEC), se sabe que en los pacientes con infarto de miocardio la prevalencia de depresión es tres veces mayor que en la población general y está infradiagnosticada.

“En estos casos la depresión no es transitoria, sino que es a menudo crónica y recurrente. Además, los pacientes con depresión diagnosticada durante un síndrome coronario agudo muestran una peor evolución y más eventos cardiacos durante el seguimiento que aquellos sin depresión”, explica la cardióloga Bárbara Izquierdo.

En el caso de la ansiedad, a diferencia de lo que ocurre con la depresión, existe más controversia respecto a su relación con la patología cardiaca. Algunos estudios han encontrado que puede ser un factor asociado tanto a complicaciones durante un ingreso hospitalario, como a complicaciones a largo plazo y a un aumento de la mortalidad en pacientes con infarto de miocardio. Sin embargo, otros estudios no han encontrado dicha asociación.

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