Alrededor de dos millones de dependientes en España requieren la ayuda de un cuidador

«Encargarse de los cuidados que requiere un paciente, persona dependiente o de edad avanzada es una responsabilidad que se extiende 24 horas al día, siete días a la semana», dice Julio Maset, médico de Cinfa. Por eso, si no se toman las precauciones necesarias, se busca apoyo para compartir el cuidado y se dedica tiempo a uno mismo, «el cuidador o cuidadora puede sufrir un desgaste y agotamiento físico, emocional y social, que es lo que conocemos como el síndrome del cuidador quemado».

En nuestro país hay alrededor de dos millones de personas dependientes, «si bien la cifra de cuidadores es difícil de conocer –añade el experto–, ya que, a menudo, los familiares ejercen la función de cuidador principal sin que esta actividad quede registrada de manera oficial». Aunque cada vez hay más hombres que asumen este rol, el prototipo de persona cuidadora no profesional es el de una mujer de mediana edad, casada, familiar directo del afectado (pareja, madre, hija…), con grado de escolaridad medio, que no recibe ayudas externas y sobre quien recae casi en exclusiva la responsabilidad de supervisar la salud y hacerse cargo de la persona dependiente.

Noticia completa en La Razón.

 

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas