Algunas enfermedades modifican las características normales de la lengua, cambiando su color o propiciando la aparición de grietas y manchas.

La lengua es un órgano musculoso que desempeña funciones vitales para el cuerpo humano y cuyas variaciones pueden ser una señal de alarma ante algunas enfermedades.

Es esencial para la fonación, comunicación, masticación, la percepción del sabor o la limpieza y lubricación bucal.

En una persona sana, la lengua suele estar limpia y tener un color rosado. Sin embargo, estas peculiaridades se alteran con determinadas patologías.

Por ello, los profesionales sanitarios, como los dentistas, suelen fijarse en este órgano para detectar posibles afecciones.

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