El ictus está aumentando en la población joven. Un estudio presentado en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) muestra el importante papel de dos factores de riesgo en personas de 18 a 44 años

El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o ictus aumenta con la edad y empieza a ser especialmente elevado a partir de los 60 años. Esto no quiere decir que los jóvenes estén totalmente a salvo; de hecho, en los últimos años se ha apreciado una incidencia creciente en personas menores de 50 años.

La prevención del ictus en la juventud pasa por la identificación de los principales factores de riesgo, algunos de los cuales son modificables, con el fin de emitir recomendaciones lo más específicas posibles. Está claro que un estilo de vida sano, una dieta adecuada, la práctica de ejercicio físico y la reducción -e, incluso, eliminación- del consumo de tóxicos (alcohol, tabaco y otras drogas) es siempre el mejor consejo. La cuestión es: ¿se puede afinar más en las recomendaciones? Desde luego que sí, ya que hay algunos factores y comportamientos que influyen más que otros. Así lo ha demostrado una investigación presentada en las Sesiones Científicas de 2023 de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se celebran esta semana en Dallas (Estados Unidos). En concreto, hay dos aspectos que inciden de manera muy significativa en el riesgo de ictus en los adultos de 18 a 44 años.

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