Tener mocos es algo bueno, el problema es cuando tenemos mucha cantidad y nos impide respirar con normalidad y cuando cambian de color. Te contamos cuándo hay que pedir ayuda.

Con la llegada del frío llegan los resfriados, las sinusitis, las faringitis y todo tipo de problemas de salud asociados a la bajada de las temperaturas. Aunque el frío, quedarse frío o pasar frío no son la principal causa de que nos pongamos malos en esta época del año, la verdad es que sí puede influir de alguna forma ya que determinados virus se sienten más cómodos en ambientes fríos que cálidos.

A estas patologías es frecuente asociarlas con un síntoma muy molesto pero necesario y del que sabemos poco: los mocos.

Como explica a CuídatePlus Belén Concejero Gómez de Salazar, fisioterapeuta en el centro Little By Little Fisioterapia, en Madrid, y una de las ponentes en una charla organizada por Nutribén, “los mocos son el mecanismo natural del cuerpo para hacer frente a las infecciones”. Lo primero que hay que saber es que “los mocos son amigos".

Noticia completa en Cuídate Plus.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas