La ansiedad y el insomnio son dos trastornos que pueden aparecer en el embarazo; en ambas patologías pueden emplearse las benzodiacepinas por su acción ansiolítica e hipnótica. De hecho, un estudio en Estados Unidos de 2021 cifró que estos fármacos se prescriben en el 1,7% de las embarazadas durante el primer trimestre de gestación.
Pero, ¿pueden esos medicamentos estar detrás de casos de aborto espontáneo? Es la pregunta de la que parte una nueva investigación que se acaba de publicar en JAMA Psychiatry, y que concluye con la advertencia frente al uso de esos fármacos en el inicio de la gestación.
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