El principal riesgo de una lata es la proliferación de toxinas peligrosas derivadas de la bacteria 'Clostridium botulinum'. Aquí las claves para evitar este tipo de intoxicaciones

Los seres humanos llevamos un par de siglos incorporando alimentos en conserva a nuestra dieta, ya se encuentren en un tarro de cristal o en una lata. Y aunque el abrelatas se inventó 50 años después de la primera lata de conserva, eso no fue impedimento para que los militares se alimentasen gracias a ellas en el frente. "Córtese alrededor de la parte superior con martillo y cincel", se podía leer en la etiqueta.

Hoy en día resulta mucho más sencillo abrir una lata de sardinas, pero los riesgos a los que nos podemos enfrentar cuando ingerimos su contenido, especialmente si la conserva es casera, siguen muy presentes.

Le invito a abrir una lata de aceitunas y seguir leyendo, eso sí, cuidado con el metal no se convierta en una de las 2.000 personas que se cortan un dedo cada año en España al intentar abrirlas.

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